Cannes, 4 de noviembre. Felipe Calderón, futuro presidente del Grupo de los 20 (G-20), recomendó que el Fondo Monetario Internacional (FMI) intervenga para resolver la crisis de deuda en la Unión Europea con la misma receta seguida en América Latina en los años 80 y 90 o recientemente en México, pese a ser controvertida.

Al mismo tiempo la prensa extranjera le preguntó si el relevo en el G-20 no será un poco frío a causa de los desencuentros que ha tenido con su homólogo francés Nicolás Sarkozy (por el caso Florence Cassez). Calderón reconoció que hay coincidencias y diferencias con su homólogo, pero al final existe una buena relación con el gobierno y el pueblo francés, para organizar una cumbre exitosa del organismo en junio de 2012.

Finalizada la reunión con sus colegas de los países más ricos del mundo, el mandatario mexicano dio una conferencia de prensa en un salón del Palacio de los Festivales en la que propuso una serie de medidas para resolver la crisis financiera en la eurozona, con la atención puesta en Grecia.

Plantea derecho de giro

Pugnó por que se establezca el derecho especial de giro, para que cuando el FMI requiera disponibilidad de recursos, gire en contra de los bancos centrales de sus países miembros, de acuerdo con la proporción de recursos comprometidos, y eso le dé una gran solidez al organismo para intervenir masivamente en crisis financieras o monetarias.

Admitió que este principio del FMI fue eficaz con una gran controversia, lo admito, en las prácticas y en casos concretos, pero fue eficaz para resolver los problemas de deuda de América Latina, por ejemplo, en la década de los 80 y de los 90.

Comentó incluso que esta medida ha sido eficaz para evitar otras crisis y puso el ejemplo de México, que tuvo acceso a líneas de crédito preventivas por más de 72 mil millones de dólares, las cuales permitieron mitigar cualquier duda de la solidez de las finanzas públicas mexicanas en 2009 y les trajo una gran fortaleza.

Categorizó a los países según sus problemas financieros. En el caso de Grecia, dijo, son de solvencia, porque cada griego: niño, anciano, mujer, hombre, debe 32 mil euros; es decir, estamos hablando de que una familia de tres personas debe 100 mil euros ya. Esa deuda es simplemente impagable .

Otros tienen problemas de liquidez al ser economías fuertes en el largo plazo pero con riesgo de no cumplir sus compromisos de corto plazo de deuda y otros, como España e Italia, afrontan dificultades por la falta de credibilidad.