La escasez de agua en las presas del noroeste del país puede incidir en que se especule con los precios de algunos granos básicos, reconoció el titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Francisco Mayorga. El secretario destacó que aunque en cinco estados del norte de México se experimenta una sequía extraordinaria el nivel de las presas no es aún catastrófico.

No obstante, resaltó que por la falta de agua en el ciclo otoño-invierno, en Sinaloa, por ejemplo, se dejarán de sembrar aproximadamente entre 150 mil y 200 mil hectáreas de maiz, y añadió que para enfrentar esa situación tenemos un programa para el ciclo otoño-invierno, que generalmente comienza en diciembre-enero, para impulsar fuertemente la producción de maíz en estados del sureste como Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Campeche.

Cabe señalar que esta semana integrantes del movimiento El hambre no espera y el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados advirtieron que el reporte sobre el bajo nivel de agua en las presas elevó los precios de alimentos básicos.

Al respecto, en entrevista concedida durante el seminario Los grandes temas de la agricultura mundial, el funcionario detalló que las presas en el noroeste están a 50 por ciento; en el noreste, prácticamente al ciento por ciento, y en el centro, a 40 por ciento... hay problemas de agua, pero todavía no es catastrófico. La comisión (Nacional del Agua) está cuidando mucho el nivel de las presas para que se mantenga una reserva por lo que se pueda presentar.

En cuanto a la sequía extraordinaria, Mayorga dijo se presenta en Zacatecas, Durango, Chihuahua, Coahuila y una parte de San Luis Potosí, y advirtió que los pronósticos no son buenos, pues ésta se puede prolongar uno, dos o tres años, no sabemos, pues por el cambio climático los escenarios son inciertos.

Tras citar que la falta de agua comenzó en octubre de 2010, Mayorga aseguró que en el gobierno federal tenemos en marcha un plan de atención ante la sequía extraordinaria, que entre otras acciones prevé activar los seguros y utilizar recursos de fideicomisos estatales.

En cuanto a la utilización de transgénicos para aumentar la producción, pero sobre todo para enfrentar los retos del cambio climático, Mayorga sostuvo que tarde o temprano, México tendrá que definir una política de uso de transgénicos, pero subrayó que es indispensable que la estrategia no ponga en riesgo y no compita con la producción de maíces criollos.

Según el funcionario, pueden coexistir perfectamente productos transgénicos en las zonas de riego del norte y productos criollos en las zonas del centro-sureste, y añadió que en el gobierno esta situación no la vemos como una cuestión antagónica, sino complementaria.

“Además –apuntó–, la población mexicana tiene muchos años consumiendo transgénicos, y hasta donde yo sé no se ha presentado un problema de salud pública”. Agregó que las nuevas versiones de transgénicos ya están atacando temas específicos del cambio climático, por ejemplo, tolerancia a las sequías, a suelos ácidos, a aluminio, que son precisamente factores que limitan la producción de cereales en los trópicos.

Sobre la producción de alimentos dijo que ésta deberá aumentar en 70 por ciento a nivel mundial y en ciento por ciento en los países en vías de desarrollo.