La advertencia de las autoridades agropecuarias de que la superficie de cultivo de maíz en los estados del noroeste del país disminuirá casi en la mitad debido a que las presas están a 30 por ciento de su capacidad útil, trae consigo presión al alza de los precios de alimentos básicos como tortilla y pan, asentaron integrantes del movimiento campesino El hambre no espera y del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados.

La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) y la Comisión Nacional del Agua informaron a los agricultores de Sinaloa –estado que aporta 75 por ciento de la producción de maíz en el ciclo otoño-invierno– que en las presas hay sólo 5 mil 552.9 millones de metros cúbicos, por lo que el volumen de agua disponible para la agricultura sólo alcanza para la siembra de 498 mil hectáreas; los agricultores prevén cancelar las siembras del ciclo primavera-verano por la escasez de agua. Sagarpa estimó que por la baja disponibilidad de agua para riego, en los estados del noroeste se dejarán de producir cinco millones de toneladas del cereal.

La situación obliga a un cambio de paradigma en torno a la producción y distribución de alimentos, y redefinir las estrategias y metas del desarrollo agropecuario para disminuir las importaciones en 20 por ciento, expusieron José Jacobo Femat y Víctor Suárez Carrera, del movimiento campesino El hambre no espera. Refirieron que de acuerdo con el más reciente informe de gobierno, en 2010 se realizaron importaciones de alimentos por 284 mil 526 millones de pesos, mientras que el presupuesto para el campo fue de 269 mil 79 millones.

La volatilidad de los precios de los alimentos continuará mientras no se regule el libre comercio y los mercados, dejen de utilizar los granos y oleaginosas para la producción de agrocombustibles y no se reconozca que los pequeños campesinos y los indígenas son también productores, abundó Suárez Carrera.

El Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados puntualizó que los precios al mayoreo de los productos básicos continúan amenazados por el temor a un desabasto de granos, debido a la caída en el nivel de inventarios, y por la reducción de la superficie de siembra en maíz, frijol y garbanzo, derivada de la escasez de agua por la sequía. Además, un millón de hectáreas de maíz, trigo, frijol, cebada, hortalizas y forrajes se perdieron por las heladas en Tlaxcala, Puebla, Hidalgo, Veracruz y parte de Oaxaca.

Especificó que la tonelada de maíz aumentó en 2 mil 300 pesos de octubre del año pasado al mismo mes de 2011, por lo que se cotiza en 6 mil pesos, lo que explica el alza de la tortilla, que fue de 17 por ciento anual, la mayor tasa registrada desde febrero de 2007, y el pan blanco en 11.72 por ciento, su mayor tasa en 36 meses. Los aumentos podrían mantenerse en los próximos meses en caso de que se materialice la reducción de la superficie de cultivo de maíz en el ciclo otoño-invierno en algunos estados del norte.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación prevé que la producción de granos de consumo básico en el país –maíz, arroz, trigo y sorgo– tendrá una caída de 3.8 por ciento en general, por lo que estima que México incrementará sus importaciones.