Sorprende y enoja a líderes europeos la decisión del primer ministro Papandreou
La eurozona deberá considerar si corta el flujo de dinero que ha mantenido a flote al país, dicen en Alemania
Caen bolsas, precios del petróleo y se devaluaron monedas como el euro y el peso
Miércoles 2 de noviembre de 2011, p. 24
Atenas, 1º de noviembre. Europa quedó de nuevo sumida en el nerviosismo por la decisión del primer ministro griego, Giorgios Papandreou, de someter a referendo el trabajoso acuerdo logrado la semana pasada en Bruselas para salvar a Grecia de incumplir el pago de su deuda. El anuncio hundió a los mercados en vísperas de la reunión del G-20.
Los europeos contaban con presentar el plan logrado laboriosamente el jueves pasado en Bruselas, ante la cumbre de las 20 principales economías del planeta, que se celebrará jueves y viernes en Cannes.
El acuerdo aprobado la semana pasada por los líderes europeos tras maratónicas reuniones prevé la quita de 50 por ciento de la deuda griega en manos privadas –unos 100 mil millones de euros–, la recapitalización de los bancos afectados y el aumento de la capacidad de actuación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) a un billón de dólares para evitar el contagio a países como Italia y España.
También incluye un nuevo préstamo a Grecia de la comunidad internacional por 130 mil millones de euros. Sin embargo, todo ello es a cambio de más austeridad y una supervisión más estricta de sus prestamistas.
El anuncio de Papandreou de someter a votación el plan dejó atónitos a los líderes europeos a tres días de la reunión en Francia, en la cual Europa esperaba una muestra de apoyo global para sus esfuerzos por contener la crisis de deuda, y planeaba convencer a China de proveer una cuerda de salvación para la eurozona. En lugar de ello, los europeos ahora tendrán que realizar consultas por la crisis.
La decisión de Papandreou, tomada sin consultar a sus socios europeos, ha sorprendido a los dirigentes de la región, muchos de los cuales no han escondido su enfado.
Grecia corre el riesgo de caer en quiebra en caso de que los ciudadanos rechacen el plan de ayuda, advirtió el primer ministro luxemburgués y jefe del eurogrupo, Jean-Claude Juncker.
Según fuentes gubernamentales griegas, el referendo anunciado por el primer ministro podría realizarse en enero próximo. Dada la enorme indignación pública tras dos años de severa austeridad, y la perspectiva de un cuarto año de recesión en Grecia, podría ser difícil para el ya impopular gobierno de Papandreou lograr un sí
en la pregunta que fuera, señalan analistas.
La reacción de Alemania, que financia gran parte de los rescates de la Unión Europea para Grecia, fue de una apenas disimulada furia. Un líder de la coalición de centroderecha de la canciller alemana Angela Merkel se dijo irritado
por el anuncio de Papandreou y sostuvo que la eurozona deberá considerar cortar el flujo de dinero que ha mantenido a flote a Grecia en el último año.
¿Qué va a pasar si el pueblo dice no? El riesgo es que la comunidad internacional corte el grifo de dinero y que el país termine por salir de la zona euro
, dijo en Francfort Christoph Weil, analista del Commerzbank.
Los bancos privados que acordaron una quita de 100 mil millones de euros de la deuda pública griega seguirán con las negociaciones previstas a pesar del anuncio de Atenas, señalaron en Washington.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, acordaron reunirse este miércoles en Cannes con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y autoridades europeas, antes de hacerlo con el primer ministro griego, Giorgios Papandreou.
Sarkozy advirtió que el plan adoptado en Bruselas es la única vía
para resolver la crisis. Dar la palabra al pueblo siempre es legítimo, pero la solidaridad de todos los países de la zona euro sólo puede ejercerse si cada uno acepta realizar los esfuerzos necesarios
, declaró Sarkozy tras una reunión ministerial.
Tanto él como Merkel acordaron agilizar la aplicación del paquete de medidas, en un intento de evitar el contagio de la crisis de la deuda a otros países como Italia o España, cuyas primas de riesgo (el diferencial que pagan con el bono alemán de referencia) se dispararon.
Las europeas, con más pérdidas
El anuncio de llevar a un referendo el plan de ayuda europeo hundió los mercados bursátiles mundiales y los precios del petróleo, y provocó la devaluación de monedas como el euro y el peso. Las bolsas de mayores pérdidas fueron las europeas. Francfort cayó 5 por ciento; París, 5.38; Madrid, 4.19; Londres, 2.21. Las más afectadas fueron Atenas, que se desplomó 6.92 por ciento, y Milán lo hizo 6.80. Todas las plazas de la zona fueron arrastradas principalmente por el descalabro de los valores bancarios.
Los valores en Estados Unidos continuaron en descenso y cayeron más de 2 por ciento. El índice Dow Jones perdió 2.48 y cerró en 11 mil 657.96 puntos, su nivel más bajo desde el 20 de octubre; el S&P 500 perdió 2.79, y el Nasdaq, 2.89 por ciento.
Con esa tendencia, la Bolsa Mexicana de Valores restó 1.15 por ciento y quedó en 35 mil 742.57 unidades. El resto de las plazas latinoamericanas también cerraron con números rojos. La de Buenos Aires fue la más afectada, al hundirse 4.93 por ciento.
El euro se cotizó durante la jornada a 1.3706 dólares, contra 1.3851 del lunes.
Los precios del petróleo recortaron pérdidas. En Nueva York el West Texas Intermediate (WTI) retrocedió un dólar, a 92.19 dólares, y en Londres el Brent sólo 2 centavos, para cerrar la sesión en 109.54 dólares, después de haber tocado un mínimo de 106.10 dólares el barril. Por su parte, la mezcla mexicana de exportación logró ganar tres centavos, al cerrar en 103.94 dólares por barril.
En tanto, el peso se depreció 3.43 por ciento al cerrar en 13.72, contra los 13.25 del pasado lunes en ventanillas de bancos, mientras en operaciones al mayoreo también perdió valor al cerrar en 13.61 por dólar, frente a los 13.15 de la jornada anterior.