La boxeadora Silvia Torres quedó con el mal sabor de ser la primera mujer en la historia que compitió en unos Juegos Panamericanos y quedar eliminada en ese debut. El peso de ser la hermana de la campeona mundial Ana María Torres atrajo las miradas sobre ella y alimentó las expectativas de su participación en el pasado certamen de Guadalajara 2011. Hay amargura de no poder conseguir todo aquello para lo que se preparó, contó desde Guadalajara la joven de 20 años, quien aún tiene la esperanza de competir en la fiesta olímpica de Londres 2012.

Ahora, refirió, hace todo por no desanimarse. Confía en sus habilidades y está segura de que le faltó más fogueo, más peleas antes de disputar aquel combate frente a la canadiense Marie Bujold, quien mostró mayor destreza técnica y mucha astucia para administrar la pelea.

No tuvimos el fogueo necesario y por eso nos ganaron las peleadoras de otros países, dijo Torres sobre la participación de las mexicanas. Fueron tres boxeadoras en la delegación tricolor y consiguieron una plata, de Érika Cruz, y un bronce, de Alma Ibarra.

Aquí en el Comité Olímpico nos prometieron llevarnos a varios lados, pero no nos llevaron a ninguno, que porque no había competencia de mujeres o porque no había dinero, declaró.

Luego de quedar eliminada en Guadalajara, Silvia habló con varias boxeadoras de otras delegaciones y aseguró que todas ellas le narraban sus experiencias de competencia permanente.

“En cuatro meses de concentración yo sólo tuve dos peleas –por un problema odontológico–, pero mis compañeras no tuvieron más de tres o cuatro en ese tiempo”, comentó.

Torres sabe que tras este resultado su ambición de ganar un boleto para Londres 2012 será más complicado, pero seguirá insistiendo. Mi sueño es llegar a Juegos Olímpicos, pero si no tengo la oportunidad, pues debutaré como profesional para seguir en este deporte.

Su hermana mayor, la monarca mundial supermosca Ana María Torres, tampoco ocultó cierta tristeza por el resultado. Sin embargo, está orgullosa de lo que hizo Silvia. Pudo representar a México en unos Juegos Panamericanos, dijo La Guerrera, quien fue una de las primeras mujeres en pelear en México hace más de una década.

Cuando yo empecé ni siquiera era legal el boxeo femenil, comentó al recordar aquella legislación que prohibía esta modalidad de deporte en la ciudad de México.

La Guerrera consideró que es notorio que la gente que entrena a las mujeres en el Comité Olímpico tiene experiencia con varones, pero no está capacitada para trabajar con mujeres. De cualquier modo, me parece una buena experiencia, si de tres mujeres que compitieron se ganaron dos medallas, dijo al acordarse de los 12 años que pasó a contracorriente en este deporte.