En México, sólo 23 instituciones de educación superior concentran 85 por ciento de la producción científica nacional y el país se ubicó en la tercera posición de los países de Iberoamérica por la publicación de 60 mil artículos de investigación entre 2005 y 2009, lejos de Brasil, que triplicó la cifra, y de España, que la cuadruplicó.

Frente a ello, la Secretaría de Educación Pública (SEP) instó a que las universidades participen cada vez más en la descentralización de la producción de conocimiento.

De acuerdo con el Ranking Iberoamericano SCIMAGO Institutions, la Universidad Nacional Autónoma de México ocupó el segundo lugar en la producción científica, de un total de mil 369 universidades de la región, y el primer sitio fue para la Universidad de Sao Paulo.

Al presentar los avances del Consorcio Nacional de Recursos de Información Científica y Tecnológica (Conricyt), Rodolfo Tuirán se refirió a dicha clasificación internacional y destacó la necesidad de publicar mayor número de artículos como país y fortalecer la colaboración con investigadores de otras instituciones tanto a nivel local como internacional.

Explicó que dicho consorcio, en el que participaron nueve instituciones fundadoras, entre ellas la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), la SEP y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), permitirá generar un acceso igualitario al conocimiento, así como socializar la inversión que implica la adquisición de los acervos editoriales y garantizar las mejores condiciones y tasas de pago que suponen los accesos y suscripciones a publicaciones periódicas.

Conricyt

En el Conricyt están agrupadas hoy día 445 instituciones. Se contrató un primer paquete de publicaciones por un monto de alrededor de 160 millones de pesos. Consta de siete bases de información científica que son las más utilizadas por los investigadores y estudiantes. En el periodo de enero a septiembre de este año se registraron más de 2 millones 200 mil visitas a dichas bases y se generaron más de 32 millones de consultas, detalló.

Durante su participación, Yoloxóchitl Bustamente, directora general del IPN, aprovechó para señalar la urgencia de destinar a la ciencia y la tecnología uno por ciento del producto interno bruto (PIB), como se establece en las leyes de educación y de ciencia.

También, añadió, se requiere de presupuesto suficiente para incrementar los recursos de información y mejorar la infraestructura tecnológica y de telecomunicaciones. Para lograr lo anterior es necesaria la participación comprometida de los gobiernos estatales y las empresas.

En su turno, Rafael López Castañares, secretario general Ejecutivo de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior   (ANUIES), dijo que de principio el proyecto presupuestal prevé 8 mil 500 millones de pesos adicionales para educación superior, pero no es muy bueno, desde la manera en que están distribuidos.