Guadalajara, Jal., 30 de octubre. El presidente de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa), Mario Vázquez Raña, consideró positiva la reventa de boletos en la justa continental y exoneró de toda responsabilidad al presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM), Felipe Muñoz Kapamas, por los actos de su hermano Francisco Javier, quien fue detenido por cometer este ilícito.

El dirigente mexicano, eternizado en la Odepa, esgrimió que un testimonio fiel del éxito en los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011 son los problemas que enfrentaron los aficionados para poder ingresar a una sede, como fueron la reventa, entradas agotadas, la oferta de boletos duplicados y los errores de impresión en el sistema de Ticketmaster.

A veces la reventa es positiva, expuso Vázquez Raña en rueda de prensa que encabezó con el gobernador Emilio González Márquez, quien fue condecorado con la medalla al merito deportivo que lleva el nombre del presidente de la Odepa, por organizar unos juegos maravillosos.

El titular del organismo deportivo justificó: “No es que sea positivo el mal negocio, pero es que hay mucha gente que quiere entrar…”.

El también presidente honorífico vitalicio del COM afirmó que en el caso de Francisco Javier Muñoz Kapamas, quien fue sorprendido revendiendo boletos, es cero culpable su hermano el Tibio, a quien felicitó, pero no explicó por qué.

Visiblemente sonrojado, Felipe Muñoz, quien por primera vez asistió a una rueda de prensa de la Odepa en la justa continental, tomó el micrófono y reconoció la incomodidad que le ocasionaba el proceder de su consanguíneo, con quien, dijo, estoy molesto.

Vázquez Raña expresó: Yo no respondo por lo que hagan mis hermanos, inclusive ni por mis hijos. Yo no sé si Felipe pueda decir lo mismo o no, pero creo que sí. El hermano ya pagó porque le pusieron una multa.

Admitió que las fallas en la venta del boletaje pusieron al rojo vivo a los Panamericanos el pasado viernes, cuando el público del volibol varonil no aceptó las modificaciones en el rol de juegos y en protesta bloqueó la avenida Ávila Camacho, pero felicitó al comité organizador (Copag) por solucionar el problema sobre la marcha y cada unos de los contratiempos que se presentaron.

Los inconvenientes en el boletaje, dijo, se derivaron de un error voluntario que cometió el Copag al vender a los sponsor la mayoría de las entradas para asegurar la taquilla, a pesar de que esto significó gradas vacías con gente afuera de los estadios en busca de un boleto, y que se llenaron conforme avanzaron las competencias gracias al programa emergente que se emprendió de donación de tickets.

Esta medida pudo llevarse a cabo con la voluntad de los aficionados que se salían de las competencias antes de terminar y dejaban sus boletos para que otra persona que hizo fila durante horas entrara de manera gratuita.

Según el director de comercialización y mercadotecnia del Copag, Horacio de la Vega, se recaudaron 125 millones de pesos por este concepto, casi lo mismo que se alcanzó en la justa de Río de Janeiro 2007, con 70 por ciento menos de tribunas en los escenarios panamericanos de Guadalajara.

“Hablar de lo que estamos haciendo, del exceso de que la gente quería ver los juegos… no cabe duda que es el mejor testigo de que la justa tiene una calificación fuera de lo normal, de que fue un éxito.

Por eso digo que no me gustan los pleitos, no me agradan los líos, pero estoy feliz de lo que pasó, arguyó Vázquez Raña.

A su juicio, este fenómeno contribuyó al éxito de los Juegos Panamericanos: Hubiera sido el hombre más triste si tuviera que decirles totalmente enojado que vi las tribunas vacías durante las competencias. Eso sí sería desagradable para el presidente de la Odepa y lógicamente para todos.