El cantante español se despidió en la clausura del Cervantino
La explanada, calles y balcones estaban llenos de gente que coreaba las canciones y ovacionaba al roquero, quien no ocultó su emoción
Lunes 31 de octubre de 2011, p. a13
Guanajuato, Gto., 30 de octubre. El cantante español Miguel Ríos se despidió de los escenarios en la clausura de la edición 39 del Festival Internacional Cervantino, en la explanada de la Alhóndiga de Granaditas, en esta ciudad.
El intérprete finalizó en Guanajuato su gira Bye, Bye, Ríos (Rock hasta el final). Su última actuación profesional en América Latina provocó una catarata de sentimientos entre los fieles seguidores del cantante, quienes no dejaban de captar el momento con sus cámaras fotográficas y de video.
Las calles aledañas a la Alhóndiga y los balcones de algunas casas estaban llenos de gente que coreaba las canciones más célebres de Ríos: Santa Lucía, Todo a pulmón, Bienvenidos, Generación límite y Memorias de la carretera, entre otras.
Es un placer estar en Guanajuato y hacer la última actuación de mi carrera en esta ciudad que de alguna forma me recuerda a mi natal Granada
, dijo emocionado el artista.
Miguel Ríos comenzó su gira de despedida el 17 de septiembre de 2010, en su pueblo natal, aunque seguirá cantando de manera solidaria para algunas organizaciones filantrópicas.
Además de interpretar lo mejor de su repertorio, ofreció piezas poco conocidas en el país que han sido parte importante en su carrera artística.
Antes del concierto, Miguel Ríos compartió con los medios de comunicación que se lleva de México “a su gente, más que a las ciudades, porque recibo mucho feedback del público en el escenario”.
El entusiasmo y la melancolía afloraron en el público cuando Ríos interpretó la canción Oración, tema antibélico con el que pretende hacer conciencia de la lucha contra el narcotráfico que azora a México.
Miguel Ríos comentó que no hay canciones que de alguna forma no hablen de la dignidad del ser humano, y todas tienen la vocación de trascender
.
El roquero no podía evitar en su mirada la alegría y la emoción mientras escuchaba la ovación que le dedicaron miles de personas que abarrotaron la explanada de la Alhóndiga de Granaditas. La energía del público hizo inolvidable la noche de despedida de los escenarios de Miguel Ríos.
Medio siglo de música y recuerdos de uno de los grandes intérpretes del rock en español, quien señaló que con Bye, Bye, Ríos cierra un ciclo, un círculo, en el país donde conoció a Enrique Guzmán y César Costa.
Para el cantante, la presentación en la fiesta cervantina fue la mejor oportunidad que tuvo para realizar su debut y despedida
. Explicó que en diversas ocasiones lo habían invitado, pero este año coincidió con su gira de despedida.
Rostros emocionados, gritos de júbilo y ovaciones después de cada canción marcaron la última actuación en Latinoamérica del cantante, acompañado de la Big-Band Ríos.