El GDF pide apoyo para estos proyectos
Lunes 31 de octubre de 2011, p. 35
Al celebrar el primer año de vida en el mercado El 100, llamado así por vender sobre todo frutas y verduras de comunidades ubicadas a cien millas, 160 kilómetros, alrededor del Distrito Federal –en Tlaxcala, Morelos, Hidalgo, Puebla y el estado de México–, la secretaria del Medio Ambiente, Martha Delgado Peralta, pidió a los 16 jefes delegacionales que dejen de poner trabas a este tipo de mercados, ya de otra forma protegen al comercio ambulante.
Tras señalar que al mercado El 100 le costó muchos meses de gestión ante la delegación Cuauhtémoc poder instalarse, explicó que la idea original era que estuviera en el camellón de Álvaro Obregón, pero nunca lo permitieron, no obstante que siempre hay muchos puestos de comerciantes en ese lugar.
Explicó que la dependencia a su cargo ha tenido que apoyar la iniciativa, pues beneficia a la comunidad capitalina, que puede obtener productos frescos y orgánicos, a la vez que permite a los productores vender sus cosechas.
Las delegaciones son muy duras para este tipo de iniciativas; la ciudad está llena de tianguis y mercados ambulantes, pero iniciativas como éstas no las dejan, hemos brindado apoyo con las gestiones que necesitan para poder ponerse aquí cada 15 días.
En un principio había sólo 12, pero ahora, a un año de haber surgido, son 24 los productores de comunidades localizadas a cien millas alrededor del Distrito Federal que cada 15 días llegan a la Plaza Río de Janeiro, en la colonia Roma, a ofrecer sus productos, en el mercado El 100.
En este espacio se respira cierto aire de campo; se pueden encontrar tlacoyos de requesón y arvejones; hierbas aromáticas para condimentar la comida, como mejorana, menta, eneldo, hinojo y muchas otras; así como medicinales: para atacar problemas estomacales, males respiratorios, o del hígado; toronjiles, la prodigiosa
y otras hierbas.
Además jitomates, huevos de rancho, que vienen de Cocotla; pavo de Texcoco, truchas del Nevado de Toluca, toronjil de Amecameca, tamales y gorditas de Tlaxcala; chilaquiles, atoles de sabores variados, aguas frescas, miel, pulque, jugos naturales, mermelada, conejo, codorniz, salsa y chiles de árbol o secos, y variedades de mole.
Todas las verduras se producen sin abonos químicos.