El mensaje de un fotolibro es transmitido por el contenido fotográfico y no requiere de texto. Los volúmenes más valiosos, y esa es la ventaja de las imágenes, siempre nos cuentan algo del mundo en que vivimos, explicó Horacio Fernández, historiador de la fotografía y autor de El fotolibro latinoamericano, volumen editado por RM, que ayer se presentó en la ciudad de México.

En entrevista con La Jornada, el autor español sostuvo que la producción de fotolibros en Latinoamérica es propositiva en cuanto a diseño y temas, a diferencia de otros países. Sin embargo, reconoció que hace unos años ese formato era desconocido, nadie sabía sobre el tema, porque no había estudios de ningún tipo, ni locales ni globales.

Ediciones extraordinarias de Era

A propósito de El fotolibro latinoamericano, Fernández comentó que incluso en España no se ha hecho una investigación sobre este campo, el cual es relativamente nuevo en América Latina.

Indicó que existen fotolibros en los que participan grandes fotógrafos y escritores sobre temas muy latinoamericanos y mencionó que hay aspectos del continente con muy buenos ejemplos de fotolibros, como los que se refieren a los indígenas.

Subrayó que la tradición fotográfica en México es muy importante y difiere de lo que se ve en las películas de Emilio el Indio Fernández. “La fotografía mexicana es riquísima y aunque en algunos momentos es un tanto folclórica, la imagen refleja diversos temas de manera excelente.

La historia de la fotografía latinoamericana no se puede escribir sin Manuel Álvarez Bravo, Nacho López, pero tampoco se podría escribir sin Graciela Iturbide, expresó el crítico e historiador de arte.

Editoriales como Era, Siglo XXI, el Fondo de Cultura Económica y RM, según el especialista, han publicado libros extraordinarios y contribuido a la creación de los fotolibros.

Esos volúmenes contienen imágenes con cierta coherencia interna, ordenadas por el autor, y se convierten en herramienta de trabajo magnífica para los artistas, porque evitan el lento trayecto del mercado del arte.

Un editor te coloca en librerías, permite que el público conozca el fotolibro. Los editores forman parte importante de esta idea, existen editoriales fantásticas en Alemania, Suiza, Estados Unidos y han creado libros de calidad muy altos en impresión y diseño, ya que trabajan con el autor para mejorar el proyecto.

La editorial RM, consciente de la evolución de ese formato, realizó por segundo año consecutivo el concurso Fotolibro Latinoamericano y anunció este miércoles al ganador, Santiago Hafford, por su proyecto Uniformados.

Fernández, integrante del jurado, explicó que el fotógrafo argentino presentó retratos de militares, que permiten varias lecturas, ya que el autor no realizó una imagen tópica de los servidores de la patria o enemigos del pueblo.

“Mucha fotografía sicológica trata cosas que pasan por la mente del autor y que convierte en imágenes, como Guadalupe Gaona, quien con su fotolibro Quieta logró el primer lugar en la primera edición del concurso convocado por RM, en 2010, donde da cuenta del lento proceso de desmantelamiento de una casa aristocrática de Buenos Aires”, indicó Fernández.