La Cámara de Diputados otorgó la Medalla al Mérito Cívico Eduardo Neri, Legisladores de 1913, a José Sarukhán Kermez. Tras ser investido, el ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) adujo que los problemas más severos y complejos que enfrenta la humanidad son los ambientales, y si no se atienden totalmente quizá habremos perdido para siempre las soluciones que nos permitan abrigar esperanzas de construir un futuro digno y humano.

A la sesión solemne acudieron el rector José Narro Robles, el ministro Juan Silva Meza, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación; el maestro Juan Rafael Elvira Quesada, secretario del Medio Ambiente y Recursos Naturales, en representación del presidente Felipe Calderón, y los ex rectores de la UNAM, Juan Ramón de la Fuente, Francisco Barnés de Castro y Guillermo Soberón Acevedo.

Al dar la bienvenida al condecorado, Felipe Solís Acero presidente de la Comisión de Régimen, Reglamentos y Prácticas Parlamentarias, recordó el tránsito de Eduardo Neri por la historia nacional en los albores del siglo pasado: hace 98 años, luego de los asesinatos de los diputados Adolfo Gurrión y Serapio Rendón, así como del senador Belisario Domínguez, ante el pleno de la Cámara de Diputados, Eduardo Neri denunció la ignominia de la dictadura de Victoriano Huerta contra mexicanos ilustres y en contra de la soberanía del Poder Legislativo. En aquella sesión del 9 de octubre de 1913, Neri Reynoso, entonces de 26 años, aun a costa de su vida, pero con gran dignidad, denunció el asesinato y el tormento de sus compañeros legisladores.

Al responder a la distinción, el doctor Sarukhán expuso que en México vivimos rodeados de noticias que distan mucho de ser optimistas y estimulantes. Algunos de los problemas que nos acechan son en verdad serios y de gran envergadura: la omnipresente inseguridad de la ciudadanía, un sistema educativo deficiente, la fragilidad de nuestro aún bisoño sistema democrático y otros más que conllevan al deterioro de nuestro tejido social y a su vulnerabilidad por la corrupción y por la pérdida y distorsión de valores civiles, esos valores que distinguieron a Eduardo Neri.

Y adelantó que esos problemas encontrarán su solución de manera relativamente rápida en el transcurso de una generación, si se expresa en los hechos la voluntad de las fuerzas que convergen en el país.

No obstante, observó que problemas aún más graves se encuentran en el ambiente global que la humanidad ha ido incubando a lo largo de mucho tiempo.

La historia de estos problemas es compleja y nosotros somos sus personajes centrales. La trama de la historia está definida por el crecimiento poblacional, los patrones y niveles de consumo de una fracción relativamente pequeña y privilegiada de la sociedad; la pobreza extrema extendida y muy marcadamente por una gigantesca economía mundial que pretende crecer ilimitadamente. La heroína en peligro de esta historia es la naturaleza. Falta aún por escribir el final de esta historia.