Fracciones del cártel del Golfo se enfrentan en Matamoros, Valle Hermoso y Reynosa
Jueves 27 de octubre de 2011, p. 13
Brownsville, Texas., 26 de octubre. La detención en Estados Unidos de Rafael Cárdenas Vela, El Junior, jefe de plaza del cártel del Golfo, desató una serie de enfrentamientos armados en los municipios fronterizos de Matamoros, Valle Hermoso y Reynosa, en Tamaulipas.
Tan pronto se informó del arresto del presunto criminal, sobrino de Osiel Cárdenas Guillén, –ex líder del cártel del Golfo, sentenciado a 25 años de prisión en Estados Unidos–, se iniciaron las luchas intestinas por el control de Matamoros, importante bastión de dicha organización delictiva.
El martes, horas antes de que se diera a conocer la aprehensión de Cárdenas Vela comenzaron los tiroteos y narcobloqueos en vialidades de la región. En Matamoros, Reynosa y Valle Hermoso se conoció de las refriegas.
Los Rojos, brazo armado al servicio de la familia Cárdenas, ya sin cabeza aparente, se enfrentaron a Los Metros, grupo operativo al servicio del actual líder del cártel, Jorge Eduardo Costilla, El Coss, quien busca recuperar el control total de las tres ciudades fronterizas.
El 20 de octubre corporaciones texanas arrestaron a El Junior, último de la dinastía Cárdenas, luego de la captura de su tío Osiel y la muerte de Ezequiel Tony Tormenta, su otro tío, en noviembre de 2010.
Como un mexicano más en el sur de Texas, Rafael Cárdenas Vela trató de pasar desapercibido mientras operaba la plaza de Matamoros a larga distancia.
En una residencia en el exclusivo sector de Río Hondo controlaba, entre otras actividades criminales, el trasiego de drogas, la trata de blancas, la venta de artículos piratas y de gasolina robada a Petróleos Mexicanos, así como el secuestro de migrantes.
En el momento de su aprehensión, El Junior, acompañado de tres escoltas, se dirigía a la Isla del Padre, destino turístico donde poseía un condominio de lujo. No llevaba armas ni drogas, pero aceptó de inmediato su condición de indocumentado: ingresó a Estados Unidos con un pasaporte falso a nombre de Pedro García González.
Ya procesado por una corte federal texana, el presunto criminal de 38 años rindió declaración jurada, en la que aceptó haberse dedicado en años recientes al contrabando de droga a Estados Unidos. Algunas fuentes indican que se ofreció como testigo protegido.
En el lado mexicano la violencia se acentúa. Dentro del reacomodo, se afirma que Los Rojos no tienen cabida ya dentro del cártel del Golfo, al atribuírseles el homicidio en Reynosa de César García Dávila, El Gamma, operador financiero de El Coss.
Se estima que El Junior se protegía en territorio estadunidense del asedio de Los Zetas, sus rivales, así como de algunos miembros de su propia organización, quienes lo veían dar órdenes desde la seguridad de Texas, sin enfrentar el calor de la batalla, como ellos, en México.