asi nadie puede negar, escribió Miguel Ángel Granados Chapa el 14 de octubre pasado al despedirse de sus lectores, la terrible situación en que nos hallamos envueltos: la inequidad social, la pobreza, la incontenible violencia criminal, la corrupción que tantos beneficiarios genera, la lenidad recíproca, unos peores que otros, la desesperanza social. Y sin embargo, vital como era, apunta un camino de esperanza, un legado al que hemos de volver una y otra vez para reflexionar e incluso para complementarlo, siempre a partir de su esencia:

Es deseable que el espíritu impulse a la música y otras artes y ciencias y otras formas de hacer que renazca la vida, [y] permitan a nuestro país escapar de la pudrición que no es destino inexorable. Sé que es un deseo pueril, ingenuo, pero en él creo, pues he visto que esa mutación se concrete.

Nacido en Mineral del Monte, municipio del estado de Hidalgo que con otros seis municipios más conforma la zona metropolitana de Pachuca de Soto, Granados Chapa tuvo una relación entrañable con su tierra natal. Su amor a la vida incluía la música y también la cocina.

Compartimos hoy como un recuerdo cariñoso y agradecido a Miguel Ángel, estos versos del huapango El Hidalguense:

…Le han cantado a Veracruz, a Jalisco y Tamaulipas,

con gusto le canto a Hidalgo que tiene cosas bonitas…

Pachuca la bella airosa de mi tierra capital,

de quien yo vivo orgulloso por su rico mineral

Pa’ mujeres Tulancingo lo mismo en Zacualtipan,

hay unas coloraditas que hasta calentura dan.

Es tan linda mi huasteca

y más lindo es saborear,

zacahuil y carne seca

con pemoles del lugar.

Enchiladas con bocoles

y truchas que buenas son,

no hay mejor que mi Huasteca

para darte un buen quemón.

Le han cantado a Veracruz, a Jalisco y Tamaulipas,

con gusto le canto a Hidalgo que tiene cosas bonitas…

Autor: Nicandro Castillo

marcri44@yahoo.com.mx