o conozco el mural original más que en fotografías no muy nítidas, la mejor se encuentra en el libro sobre los murales siqueirianos publicado por Landucci Editores, con textos de Raquel Tibol y de otras personas.
Ya recuperado y seccionado en siete partes, previo adelgazamiento de las paredes del ámbito cilíndrico en el que se encontraba, fue colocado en contenedores, con la finalidad de que las secciones pudieran integrar exposiciones itinerantes, lo que viene a comprometer la apreciación del aspecto original, que según la película, tenía carácter envolvente, involucrando incluso el piso, tapizado de lozas de cemento coloreado en lo que era un sótano.
Durante el rescate se tomaron otra serie de fotografías con la presencia del restaurador en jefe Manuel Serrano y de su colega argentino Eduardo Guitime.
El largometraje dirigido por Héctor Olivera es una película muy bien fotografiada, no tiene características de reportaje, sino que debido a fines de taquilla entrevera historias y triángulos amorosos. Para que nada falte, hay también un suicidio con el consiguiente velorio. Los espectadores podemos ver al difunto en su ataúd.
Creo que guionista y director no pretendieron ofrecer visos de credibilidad absoluta respecto de los hechos que vivió Siqueiros en 1933, posteriormente a su estancia como exiliado en Los Ángeles, donde pintó los murales de la Chuinard School of Art y los del Plaza Art Center, que parecen mejores que el efectuado en la quinta de Los Granados, en las afueras de Buenos Aires. Allí llegó Siqueiros procedente de Montevideo.
La mejor actuación creo que no corresponde al actor que interpreta a Siqueiros, Bruno Bichir, por momentos da la imagen, pero no el temperamento y las gesticulaciones, el papel principal corresponde a Luis Machín, intérprete del uruguayo Natalio Botana, parangonable en el cono sur de lo que fue Rudolph Hearst.
Sería absurdo comparar Citizen Kane con esta película, los tiempos cinematográficos son muy distintos y las intenciones expresionistas en el filme de Orson Welles nada tienen que ver con el ambiente ravishing de la película argentina, no sólo lujosamente captado, sino bien orquestado en cuanto a enseres, muebles, excepcional vestuario que provoca añoranza por su elegancia, maquillajes acordes, además de hermosos automóviles de época.
¿Qué hay de cierto en la historia que se narra?, que Siqueiros, comunista acérrimo dio conferencias y provocó a su público, que Natalio, director del diario La Crítica, se convirtió en su mecenas y le encargó la confección del mural denominado Ejercicio plástico, que la mujer de Siqueiros era entonces Rosa Luz Blum, protagonizada por la guapa Carla Petersen filmada con fruición cuando posa desnuda para ser fotografiada, pues su anatomía fragmentada se proyectaba en los muros curvados y sobre éstos se pintaba abundancia de senos, nalgas, vientres, cabezas, manos agigantadas. Siqueros despuntaba nueva técnica muralística alejada del fresco tradicional, mediante innovaciones, entre las cuales la pistola de aire, el uso del silicato y las proyecciones confusamente abarrocadas tenían preponderancia.
Destaca en este entorno la figura de otro personaje femenino, la esposa de Botana: Salvadora Medina, mujer multifacética y según la película en el borde de la sicosis, debido a prácticas etílicas y a intensos desarreglos emocionales.
Siqueiros cuenta con ayudantes, y eso es cuestión absolutamente verídica, dos de ellos llegaron a ser figuras de primer orden en el contexto del arte latinoamericano: Lino Spilimbergo y Antonio Berni. Junto con el uruguayo Enrique Lázaro y con Juan Carlos Castagnino integraron con Siqueiros el Equipo poligráfico ejecutador
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En un texto alusivo algo complicado que puede leerse en el libro arriba mencionado, Siqueiros anuncia que el mural se prometió ofrecer naturaleza fotogénica y cine-fotogénica
propicia a su conveniente divulgación y popularización, eso pese a que su sitio de ubicación tenía carácter privado y recóndito, dado lo cual no fue apreciado en su momento por muchos, tampoco después, porque permaneció guardado 18 años.
Es probable que la génesis del guión de esta película se deba a esa fruición siqueiriana por la fotografía y el cine manifiesta en ese texto y que de allí se haya desatado la trama.
Aquí no fue muy vista la película en la pantalla grande, con lo que quiero decir que no tuvo éxito incontestable y sin embargo es un filme atractivo.
Otro personaje del filme es Pablo Neruda, medianamente interpretado por el actor Sergio Boris. Y es cierto que en ese tiempo Neruda estuvo en Buenos Aires, donde se topó con Federico García Lorca, quien no quedó incluido en este elenco de personajes.