Martes 25 de octubre de 2011, p. a10
Los Ángeles, 24 de octubre. Los abogados de Conrad Murray, médico de Michael Jackson, comenzaron el lunes a llamar a los 15 testigos con los que buscarán contrarrestar los demoledores testimonios llevados por la fiscalía, tras un mes del juicio al doctor por homicidio imprudencial del cantante.
Los abogados de Murray afirman que habrán terminado sus interrogatorios hacia el fin de esta semana.
El lunes por la mañana, el jurado escuchó la parte final del interrogatorio al anestesiólogo Steven Shafer, el último testigo de la fiscalía.
Shafer es un experto reconocido mundialmente en propofol, el potente sedante que causó la muerte de Michael Jackson el 25 de junio de 2009 y que el cantante usaba de sedante porque sufría insomnio crónico.
Murray, quien le administraba el propofol vía intravenosa, afirma que intentaba curarle la adicción, pero reconoce haberle administrado 25 mililitros luego de que otros sedantes, como el lorazepam y el midazolam, no surtieran efecto.
Shafer dijo que Jackson murió conectado a una vía intravenosa abierta con este sedante y que recibió cuatro veces más propofol y 10 veces más lorazepam de lo que se manejaba hasta ahora.
Argumento absurdo
, dice anestesiólogo
La defensa alegó que Jackson podría haberse inyectado el propofol, pero eso es un argumento absurdo
, en palabras de Shafer.
Los primeros testigos de la defensa, al comenzar el lunes la quinta semana del juicio, fueron dos oficiales de policía.
Dina Norris, inspectora de la policía de Beverly Hills, confirmó la hora en que se hizo la llamada a la emergencia la mañana en que murió Jackson (12:20 horas). En tanto Alexander Supall, de la policía de Los Ángeles, fue el oficial encargado de recuperar los videos de vigilancia de la mansión de Jackson el día de su muerte.
La defensa de Murray difundió un video en el que se ve la comitiva de Michael Jackson entrando a la residencia a las 0:58 horas del 25 de junio, cuando el cantante volvía del ensayo del espectáculo que iba a dar en Londres.
Murray enfrenta cuatro años de prisión y la pérdida definitiva de su licencia profesional si es hallado culpable.