Guadalajara, 24 de octubre. El mexicano Guillermo Torres dio la vuelta olímpica en hombros. Su plata tuvo sabor a oro, a pesar de caer en la final de lucha estilo libre en 60 kilogramos.

El puertorriqueño Franklin Gómez lo venció 3-0 y 6-0 para agenciarse el oro, pero el rey de la jornada fue el anfitrión, quien debutó en los Juegos Panamericanos con una medalla del segundo lugar.

El jalisciense demostró tener gran convocatoria; el Code II estuvo a su máxima capacidad y con gente afuera, en espera de un boleto.

Ataviada con un gran penacho y un vestido de manta inspirado en los aztecas, su madre, Irma Patricia Cervantes, lideró las porras para alentar al gladiador mexicano, mientras en el tapiz Guillermo era doblegado por Gómez, quien obtuvo la primera presea de oro para su país en este deporte.

Entre el griterío, el puertorriqueño se impuso con dos entradas a las piernas (movimientos tackle) que derribaron al tapatío y le dieron los puntos de la victoria en la justa continental.

Experimento una emoción muy grande, fueron mis primeros Juegos Panamericanos; busqué más que la plata, pero a veces no se puede, expresó Guillermo Torres.