uvo razón Alfredo Tena cuando dijo que el clásico había perdido pasión, que no era lo mismo que lo vivido, por ejemplo, en los años 80. Ahora da la impresión de que es la televisora la encargada de crear una atmósfera de encono pero, por supuesto, para beneficio del rating y sus comerciales.

Tena añora el clásico de hace ¡30 años! Y es que después de tantos empates sin goles, del intercambio de jugadores y técnicos entre ambos cuadros, de futbolistas que pasan con más pena que gloria, los equipos están tan emparentados que en su pecho lo que más muestran no es el escudo, sino al mismo patrocinador.

Sin embargo, luego de tantas decepciones, el clásico de ayer se vivió (casi) como los de antaño. El América quiere recuperar la grandeza con base en publicidad y recuerdos –como la camiseta retro utilizada–, pero sus elementos mostraron algo de dignidad, que si la hubieran tenido antes no estarían prácticamente eliminados.

La derrota en el clásico grande y la casi segura eliminación debería ser una llamada de alerta para los que mal manejan el futbol en Televisa.

Los elogios de Tena a la labor de Jorge Vergara tienen enorme valor, por tratarse uno de los símbolos del equipo, y deberían dejarlo trabajar para que vaya de las palabras a los hechos y finalmente den la oportunidad a los jóvenes, porque de seguir así sólo seguirán sumando fracasos.

Después de una semana difícil por el polémico festejo que le valió el apodo de sicario, Marco Fabián anotó en el clásico y ahora su celebración fue de rodillas y con el símbolo de amor y paz. El talentoso delantero debe mostrar que aprendió la lección, ya que aún se le recuerda por haber sido sacado del Tri por los desmanes en Ecuador antes de la Copa América.

Semana de clásicos en varias canchas del mundo, que fueron desde el deplorable empate sin goles en Tigres-Rayados al de la ciudad de Manchester, donde el City transformó el campo de los sueños en una auténtica pesadilla para el ManU.

Sólo dos técnicos como Víctor Manuel Vucetich y Ricardo Ferretti pueden meterle el freno a los dos mejores planteles del futbol mexicano. El Rey Midas y el único timonel que ha tenido trabajo ininterrumpido durante 20 años son estrategas de resultados, pero pocos alaban su manera de conseguirlos.

Que jugadores como Chupete Suazo, Chelito Delgado, Walter Ayoví por un lado, y Álvarez, Danilinho, Lobos, por el otro, se preocupen más por defender que por hacer lo que saben es un enorme desperdicio. Los entrenadores quedan satisfechos, al fin que el espectáculo poco importa y la gran afición de la Sultana del Norte aguanta mucho y cada sábado llena sus estadios.

Nuestro futbol sigue siendo fiel a sí mismo. Fuera de toda lógica, un equipo como Tecos –que ya prepara maletas y bloqueador para irse a Acapulco– le mete 5-2 a un Santos que con Benjamín Galindo sumaba racha de cinco victorias al hilo. Vaya ironía: los Estudiantes reprobaron al Maestro.

Las mujeres del Tri panamericano, sin el apoyo ni la difusión de sus pares varones, lograron el pase a semifinales ante una Colombia que estaba clasificada y que jugó con medio equipo reservista. Maribel Domínguez vive sus últimos juegos, mientras se añora a Charlyn Corral y la portera Cecilia Santiago luce en grande ahora en el equipo mayor.

Y en el varonil, el futbol mostró una vez más su lado democrático. El empate sin goles de Cuba ante Brasil es un aire vivificante para un deporte en el que siempre está latente la posibilidad de que Goliat vuelva a caer.