En las entidades donde la inseguridad se ha recrudecido, la matrícula de las universidades particulares ha caído hasta 20 por ciento, debido al éxodo de familias que prefieren trasladarse a ciudades más seguras, como el Distrito Federal, Puebla o Querétaro, afirmó David Gómez Fuentes, rector del Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas (IEST).

Consejero de la zona noreste del país de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (Fimpes), Gómez Fuentes apuntó que la violencia que afecta a la región ha llevado a profesores universitarios a abandonar las aulas para irse a otra localidad, mientras algunas instituciones han recortado personal docente por el bajo número de alumnos.

En Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León, Durango, Zacatecas y San Luis Potosí unos 100 mil jóvenes asisten a instituciones particulares de educación superior, quienes, agregó, enfrentan condiciones de zozobra y temor por el incremento en los secuestros, extorsiones y cobro por derecho de piso.

“Desde hace tres años vivimos este fenómeno –indicó– que se ha agudizado mucho más en 2011, como una grave escalada de estos delitos. Hay casos de secuestros de padres de familia, de gente que ha tenido que abandonar el estado por su seguridad.”

Enfatizó que la comunidad universitaria, y la población en general, nunca imaginó vivir una pesadilla tan espantosa. Nadie pudo prever que esto iba a suceder. Es como una guerra donde el enemigo no está a la vista. En cualquier momento a uno lo puede atrapar una balacera en la calle.

En el sur de Tamaulipas, afirmó en entrevista, muchas familias se han ido. La matrícula ha bajado principalmente en las escuelas particulares, pero también en las públicas.

Hay una infiltración de los grupos que causan la inseguridad, y esto afecta la operación de las universidades, principalmente particulares, pero también de las estatales.

Con una economía deprimida, debido al creciente cierre de comercios, hoteles y restaurantes, las comunidades universitarias estamos temerosas. La gente está muy afectada y no vemos una solución a corto plazo, aseguró Gómez Fuentes.

Ejército y seguridad

Ante la violencia que afecta al noreste del país, indicó que se han incrementado la medidas de seguridad en los campus particulares, como contratar a más vigilantes y reforzar los controles de acceso a las instalaciones.

Explicó que en el país “se analiza si es correcto que el Ejército Mexicano esté en las calles. Lo ideal es que no fuera necesario, pero en nuestra zona las policías municipal y estatal de ninguna manera son una solución.

“Necesitamos –aseguró–, y es urgente, la presencia de marinos, soldados y policías federales. Si no estuvieran ellos nos iría mucho peor. Esa es una realidad, no una teoría. Son necesidades muy fuertes las que tenemos.”

A pesar de que aseguró que las comunidades universitarias no somos un blanco, en un primer momento, finalmente somos parte de la sociedad y estamos sujetos a que algo pueda pasar.

A mediados de este octubre, detalló, dos de sus alumnas fueron acribilladas mientras viajaban en un vehículo con su padre, al no detenerse ante un retén del crimen organizado. Balearon el auto, las dos alumnas murieron y el padre quedó muy mal herido. Casos así se siguen repitiendo. Queremos creer que hay futuro, pero por el momento no se ve en el horizonte.