Organizaciones campesinas señalaron que ante los evidentes efectos que causa el cambio climático en el agro nacional se deben desarrollar planes gubernamentales que hagan frente a la situación, y sobre todo que incentiven la reconversión de cultivos y den directrices respecto de las zonas más seguras para sembrar. Indicaron que según estimaciones preliminares en el sureste podrían estar afectadas 100 mil hectáreas, principalmente de platanales.

Por su parte, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) señaló que realiza una auscultación en las zonas afectadas para emitir un reporte de daños.

La Central Campesina Independiente (CCI) considera que el cambio climático, que provoca sequías, heladas y lluvias excesivas en los diversos puntos cardinales del país, ha afectado desde 2009 cerca de 15 millones de hectáreas y medio millón de empresas rurales desaparecieron o están en vías de desaparecer.

Rafael Galindo Jaime, presidente de la CCI, lamentó que no exista ninguna valuación gubernamental que pueda definir la cifra exacta de las tierras siniestradas en años recientes ni número de empresas rurales que han cerrado, considerando que de acuerdo con cifras oficiales existen en México 6.2 millones de unidades económicas en el medio rural.

En entrevista, Raúl Pérez Bedolla, secretario de organización de la Alianza Campesina del Noroeste (Alcano), resaltó que el cambio climático es una realidad y sus efectos ya los tenemos desde hace tres años, sobre todo en la agricultura, donde hay impactos fuertes y graves, por fenómenos que ya no son esporádicos, sino recurrentes.

Ante ello explicó que la Sagarpa debe hacer una planeación a partir de la información con la que cuenta para reconocer los patrones de precipitación y temperaturas, porque de lo contrario vamos a seguir sembrando donde se va a inundar o helar o secar. Hay que pensar en cultivar variedades más resistentes a la sequía, como oleaginosas, soya, cártamo y girasol.

Sostuvo que hay 100 mil hectáreas afectadas por las inundaciones de Tabasco y Chiapas, lo que agrava la producción de muchos cultivos en los que ya éramos deficitarios.

Galindo destacó que los pequeños y medianos productores que aún subsisten con sus empresas rurales lo hacen a puro pulmón, porque el gobierno federal carece de un programa específico que valúe la pérdida económica, productiva y social.

Por último, consideró motivo de preocupación el daño que en dos años han sufrido 15 millones de hectáreas a causa del cambio climático , pues la frontera agrícola mexicana es de 26 millones, de según el censo agropecuario.