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En 21 meses se han vendido un millón de ejemplares, informan

Glosan los logros de la Brigada Cultural para Leer en Libertad

Paco Ignacio Taibo II reconoce el apoyo de decenas de organizaciones

 
Periódico La Jornada
Jueves 20 de octubre de 2011, p. 8

Veintiún meses después de haber iniciado la locura de fomentar la lectura y divulgar la historia de México, la Brigada Cultural Para Leer en Libertad, encabezada por Paloma Sáiz y Paco Ignacio Taibo II, ha realizado 85 tianguis en los que se han vendido un millón de libros a precios asequibles, se obsequiaron alrededor de cien mil ejemplares y se crearon 15 bibliotecas comunitarias con un acervo de 300 libros.

Durante la cuarta jornada de actividades de la Feria del Libro Alternativo, que se realiza en la Alameda Central, Paloma Sáiz anunció los logros de la asociación civil Para Leer en Libertad y subrayó la importancia que tienen las actividades de animación a la lectura, así como los debates en torno a la política para cambiar al país, debido a la desigualdad económica que existe.

Señaló que la lectura es fundamental dentro de la educación informal porque el lector puede viajar sin moverse de lugar.

En colaboración con la Secretaría de Desarrollo Social, la brigada visitó más de 90 comedores comunitarios y públicos para desarrollar actividades de fomento a la lectura, como conferencias, lecturas en voz alta, cuentacuentos y obsequiar libros.

Entre los 31 títulos que ha editado la brigada cultural figuran Para Leer en Libertad: antología literaria; El cura Hidalgo, de Paco Ignacio Taibo II; Jesús María Rangel y el magonismo armado, de José C. Valadés; Se llamaba Emiliano, de Juan Hernández Luna; Las Leyes de Reforma, de Pedro Salmerón; De los cuates pa’ la raza, antología, y Cero en conducta: crónicas de la resistencia magisterial, de Luis Hernández Navarro.

Asimismo, para apoyar al PRD del Distrito Federal, se realizaron 15 conferencias en el ciclo La izquierda a debate.

Oficio en riesgo

El escritor Paco Ignacio Taibo II expresó que se lanzaron a la locura de desarrollar programas como el Remate de Libros. ¡Salva un libro... no dejes que lo destruyan! en Coyoacán y la Feria del Libro Alternativo porque estaban convencidos de hacer lo correcto, además de que tenían buenas relaciones con la comunidad intelectual.

“En un principio –explicó Taibo II– el proyecto era chiquito: hacer libros para regalar nos parecía muy importante, pero en 21 meses de vida ni nosotros nos creemos lo que hemos logrado a partir de la voluntad y del apoyo de todos ustedes y de decenas de organizaciones”.

Posteriormente se realizó la mesa redonda Periodismo: un oficio de riesgo, con la participación de Miguel Ángel Velázquez, responsable de la sección de Capital de La Jornada; el periodista José Reveles, autor de Las manos sucias del PAN, y Miguel Badillo, director de la revista Contralínea.

Los ponentes coincidieron en señalar que la violencia contra los periodistas es uno de los mecanismos más crueles para promover la censura y la autocensura.

En su intervención, Velázquez explicó que decir la verdad es un arma que debemos utilizar todos, porque la muerte de un periodista está en el silencio. En este país y en esta ciudad hay muchos periodistas muertos que siguen frente a los micrófonos, que han perdido la confianza de la sociedad, agregó el columnista.

A su vez, Reveles señaló que existe una violencia contra la población más allá de la criminalidad organizada, que impide ejercer a la prensa su profesión. Agregó que otro peligro que amenaza a los medios de comunicación es la corrupción, la compra de conciencias, ya que suelen confundir publicidad con información.

Miguel Badillo reiteró que existe una autocensura en los medios que ha propiciado la ola de violencia en el país, ya que no se pueden escribir palabras como narcotráfico y el nombre de los cárteles ni hablar de los muertos en las plazas y escuelas que están ocurriendo.

Me preocupa esto porque muchos periodistas han perdido la batalla y siguen vivos, se han entregado al poder pero otros que siguen en la lucha han dejado de servir porque los dueños o los directivos de los medios de comunicación han dejado de publicarles por miedo.