Juan Collazo Jiménez, de 28 años, originario de San Juan Chamula y preso en el penal de Motozintla, Chiapas, realiza un ayuno solitario de 12 horas diarias desde el pasado 2 de octubre. Participa así en la huelga de hambre en curso de seis presos, indígenas como él, en el penal de San Cristóbal de las Casas, que este lunes cumplió 18 días. Cinco más ayunan.

Collazo, quien en febrero de este año estuvo 33 días en huelga de hambre exigiendo su libertad, dio a conocer este lunes una carta donde manifiesta: En el país y sus estados se observa a miles de personas que reclaman justicia, dignidad y respeto a sus derechos que las autoridades tienen la obligación de respetarlos y sin embargo no los respetan.

Collazo, del grupo Solidarios de la Voz del Amate, hace referencia a la voz que grita la justicia, por mucho tiempo negada a los presos indígenas. Y demanda: Señor gobernador, asuma la responsabilidad de sus palabras, que proclama que en Chiapas no hay injusticia en su gobierno. No es justicia mantenernos presos, ya basta de injusticia.

Collazo Jiménez fue detenido sin orden de aprehensión el 10 de mayo de 2007 en San Cristóbal de las Casas. Según el reporte jurídico de la otra campaña y la defensa, en la base de la policía sectorial de la misma ciudad recibió golpes en todo el cuerpo, le pusieron un trapo mojado en la cara para asfixiarlo y recibió múltiples amenazas para que firmara una declaración de culpabilidad. A conecuencia de los golpes, no pudo dormir tres meses por el dolor, sobre todo en las costillas.

Mientras lo torturaban, le hicieron firmar papeles en blanco. Posteriormente la policía redactaría la declaración en estos papeles ya firmados, añade el reporte. Al día siguiente, ante el agente del Ministerio Público, la policía leyó la declaración escrita ad hoc, en presencia de desconocidos que no se identificaron. El acusado no tuvo derecho a declarar, ni a traductor tzotzil ni a un abogado.

Al día siguiente de su detención se le dictó auto de formal prisión. El día 12 lo trasladaron al penal de San Cristóbal bajo los cargos de secuestro y violación, los cuales, sostiene, nunca existieron. Lo sentenciaron a 37 años de prisión, apeló y se la rebajaron tres meses y seis días (ni uno más). El 7 de octubre de 2010 fue trasladado sin motivo a la distante prisión de Motozintla. La dispersión también es una forma de tortura sicológica y una estrategia de desestructuración política. A Juan se le separó de los compañeros de su organización: los Solidarios de la Voz del Amate, con la intención de debilitarla, señala el reporte.

Aún sufre fuertes dolores en las costillas como secuela de la tortura; no ha recibido atención médica por ello. En Motozintla, ha señalado Collazo, los reclusos duermen en celdas de tres metros por dos, ocupadas cada una por cinco personas. En mayo pasado, sin explicación, le cancelaron los estudios de primaria que tomaba dentro de la cárcel.

Desde los Solidarios de la Voz del Amate lleva una lucha constante para mantenerse digno dentro de prisión. Reiteradamente ha denunciando las condiciones penitenciarias y lo injusto e infundado de su detención.

En su misiva de hoy, Collazo expresa: Los pobres hemos sido humillados y pisoteados por las autoridades que nos niegan el derecho a una buena impartición de justicia. Nos condenan por delitos que ellas mismas nos prefabricaron. Exige al gobernador, Juan Sabines Guerrero, su inmediata libertad y la de los presos políticos de la Voz del Amate, Solidarios a la Voz del Amate y Voces Inocentes, recluidos en los penales de San Cristóbal y Cintalapa.