Dando una calada a su cigarro cubano y después de un trago de Coca-Cola, en entrevista, Paco Ignacio Taibo II dice a propósito del estreno de su serie televisiva La historia no contada de México: Ya llegó la hora de que se sepa la verdad, la serie debería tener el subtítulo Ya es hora de que nuestra historia sea nuestra, no la que contienen los libros oficiales, la de los nombres de las calles, la de los burócratas y ceremonias cívicas. La serie se estrenará el próximo 19 de octubre a las 19 horas por History Channel.

La serie de cuatro capítulos (El muro y el machete:1920; Las dos muertes de Juan Escudero; En búsqueda del padre de la patria y La República errante: 1862) sigue los pasos de una investigación que recorrerá miles de kilómetros a lo largo y ancho del territorio mexicano; en cada entrega se desarrollará un momento crucial de la historia del país desde la particular y mirada del escritor Paco Ignacio Taibo II.

Como preámbulo, hoy a las 20 horas se exhibirá en exclusiva el primer capítulo del serial, dentro de las actividades de la segunda Feria Alternativa del Libro que se inaugura hoy en la Alameda Central y se extenderá hasta el 19 de octubre.

Apoyo de la gente

Continuando con la plática, y mientras enciende un segundo cigarro, Taibo II agrega: “Una de las cosas más importantes de estos capítulos fue que a lo largo de la filmación la gente se acercaba para darnos palmadas en la espalda y nos comentaba que ya habían visto los anteriores programas de Pancho Villa o el de Madero.

Durante los dos meses que estuvimos rodando viajamos por pueblos, carreteras y ciudades, y nos cayeron como 200 personas, nos invitaban refrescos, paletas... algunos incluso nos pidieron salir en los programas... o sea, el México vivo, el real... nos dimos cuenta de que estábamos trabajando para la gente real; es muy gratificante.

Para el escritor, uno de los aciertos de esta serie es que “si el público ve un programa donde se note que no se está leyendo un guión, que no eres un presentador, sino que estás contando, es que tiene un tono de veracidad y de rigor que no se puede lograr de otra manera. Además, no hago historias que no son mías, porque no soy locutor ni presentador: cuento sólo mis historias. Así puse en la mesa lo que tenía, y entre la gente de History, Matías Gueilbur, el director, y yo, elegimos los cuatro temas más fuertes. A pesar de que hacer dos de ellos nos creaba un problema de producción muy duro, nos obligaban a recorrer un chingo de carretera en época de narcos, pero nos la echamos metiéndonos en carreteras rurales de Zacatecas, Coahuila y Chihuahua. Podría haber sido otro capítulo, pero afortunadamente no lo fue.”

Al revisitar estos temas, Taibo II no descubrió historias nuevas, “pero encontré confirmaciones de esas historias; sobre todo encontré algo muy importante: que la gente te dé una palmada en la espalda es como si te dijeran: ‘esta manera de contar la historia sí la queremos’, y cuando le dices a la gente: ‘el Hidalgo que les cuentan no era así’, se interesan. O cuando les cuentas la historia del estandarte de Atotonilco, la batalla entre las dos vírgenes, la de los Remedios y la de Guadalupe, y les explicas la lógica de Hidalgo, se dan cuenta de que están frente a un revolucionario social, no ante un cura marciano, frente a un cura que está construyendo una revolución social de profundidades y dimensiones no conocidas; porque todo el resto de revoluciones de América Latina es blandengue. Se dan cuenta de que Hidalgo y Morelos fueron la revuelta social”.

Paco Ignacio Taibo II da otro ejemplo: “Las dos muertes de Juan Escudero empieza en una asamblea popular de Morena, en el camellón de la calle Plutarco Elías Calles, donde estoy contando la historia de Escudero, y al final regalamos el libro; cuando llega la parte donde lo asesinan la gente llora... Eso está filmado. Entonces, si a la gente le propones una historia donde hay identidad, la gente entra de cabeza a la búsqueda de ésta, porque desde abajo de la sociedad se está reformulando cada vez más fuerza de dónde venimos y para dónde vamos”.

A la pregunta de qué aportará al público mexicano y al continental esta serie, Taibo II dice: “Hay temas que entran con más virulencia en el público, porque hay referentes. El programa de Villa funcionó muy bien en Colombia y Argentina, y para mi sorpresa, poca madre en Perú. El del Zopilote funcionó en Panamá: cuando lo matan, la gente decía: ‘mira, lo mataron como a Torrijos’. Rápidamente, la gente encuentra identidad.

“Con estos cuatro programas, que son muy mexicanos, algunos será muy fácil que provoquen identidad, como el de los muralistas, y otros que son tan bonitos, como la historia de Escudero, que se verá como eso: una historia. Quizás El Hidalgo y el Juárez peguen bien en América Latina por el comparativo de las independencias, pero aquí en México va ser el gran punto de impacto, sospecho. Lo demás, a estas alturas, uno los hace y lo demás depende de la promoción que le haga History Channel... A la larga tendríamos que encontrar la posibilidad de que estos programas hechos para la televisión de paga se vieran en la televisión abierta, en Canal 40 o en Once TV, para que los viera más gente.”

Animación, contrapunto divertido

Sobre la animación que le meten a los programas, Taibo II dijo que se le ocurrió al director de la serie, Matías Gueilbur, quien dijo que teníamos muy buen material filmado, pero que había que encontrar algo más para que impulsarlo; así que la animación le da agilidad y complementa muy bien las imágenes de archivo. Además, da un contrapunto divertido.

Finalmente, entre los proyectos cinematográficos Taibo II adelantó: La semana que viene tengo una reunión con Emir Kusturica para hacer la película de Pancho Villa, y tengo medio pactado hacer otros cuatro capítulos de esta serie para el próximo año.