Viernes 14 de octubre de 2011, p. 24
La Habana, 13 de octubre. La discriminación racial en Cuba persiste sutilmente, en casos como el acceso a un trabajo en el turismo o en las empresas mixtas o cuando un actor quiere un papel en teatro, radio o televisión, expuso el escritor Miguel Barnet, en un ensayo que empezó a circular aquí.
El problema no radica en que, por el color de su piel, a una persona se le impida recibir un servicio médico, estudiar en la universidad o desarrollarse en la cultura, sino al tener que enfrentar trabas discriminatorias solapadas
, señaló el autor de Biografía de un cimarrón
, en la revista de la Casa de las Américas.
En el mismo número, el ensayista Fernando Martínez Heredia consideró que el racismo está ligado a los efectos que ha tenido la crisis de los 90 en los grupos menos favorecidos
, pero también a la disgregación social, el apoliticismo, a la conservatización de la vida social y otros fenómenos
de las últimas dos décadas.
La publicación está dedicada a la herencia africana en América y se une al debate sobre el racismo en Cuba, que reabrió el presidente Raúl Castro en 2009, cuando denunció el insuficiente avance
para erradicarlo.
En forma simbólica, la presentación de la revista estuvo a cargo de Esteban Morales, académico separado
del Partido Comunista en junio de 2010 tras criticar la corrupción oficial. Un año más tarde, fue readmitido en la organización y ésta fue su primera intervención pública desde entonces.
Según el último censo (2002) realizado en el país, 65 por ciento de la población cubana es blanca, 24 por ciento mulata o mestiza y 10 por ciento negra.
Barnet y Martínez Heredia subrayaron que la revolución estableció un marco legal sobre el cual surgió una política de equidad para la población. Pero, entre otras causas de la pervivencia del racismo, apuntaron a la línea oficial de unidad nacional ante a Estados Unidos, que frenó la discusión de diversidades sociales.
Con el paso del tiempo, se hacen visibles sus efectos contraproducentes, sobre todo en cuanto al creciente debilitamiento del debate interno en temas de honda significación popular
como este, escribió Barnet. El poeta anotó entre los focos rojos la persistencia de patrones discriminatorios hacia negros y mestizos
en el radio y la televisión; la falta de una agenda nacional y la informalidad o del debate sobre este punto.
Martínez Heredia concluyó que en la identificación, el rechazo y la lucha contra el racismo existen serias diferencias entre la posición oficial y de la revolución y las ideas que manejamos nosotros, por una parte, y lo que sucede en la práctica social, por la otra
.