Legiones de lectores ovacionaron al poeta y traductor en El Colegio de México
El galardonado disertó sobre los 30 años de su novela Las batallas en el desierto
El autor de Visión de Anáhuac llevó a cabo una apropiación de la cultura universal para México, dijo
Viernes 14 de octubre de 2011, p. 5
Aparte de las elecciones presidenciales de 2012 en México, para el escritor José Emilio Pacheco también vienen los indignados
y las protestas por los muchos problemas que atraviesa el país, como la violencia y el descuido del medio ambiente.
Pacheco dijo lo anterior durante una conferencia de prensa realizada unos minutos antes de recibir el Premio El Colegio de México Alfonso Reyes, en la sala del mismo nombre del autor de Visión de Anáhuac de ese centro de estudios e investigación.
El poeta, traductor, ensayista y narrador expresó una vez más su rechazo contundente por el uso de la violencia y más si es extrema que hoy predomina en el país, y a la que se ha llegado porque, dijo, ya no sólo se asesina a personas sino que los responsables se ensañan con la práctica de la tortura.
A pregunta expresa acerca del Reyes ensayista, comentó que este escritor tuvo el mérito de haber encontrado un entorno mexicano para la prosa en español, ya que antes de él aquí solía escribirse como en Madrid
. Reyes, agregó, llevó a cabo una apropiación de la cultura universal para México
.
Pacheco estuvo acompañado por su esposa, la periodista Cristina Pacheco, sentada entre el público, donde además se encontraban Vicente Rojo, Adolfo Castañón, Aline Pettersson, Consuelo Sáizar, Joaquín Díez Canedo y muchos más.
En la mesa estaban, entre otros, el presidente del Colmex, Javier Garciadiego, y Luz Elena Gutiérrez de Velasco, integrante del jurado y quién leyó un interesante ensayo sobre el autor de No me preguntes cómo pasa el tiempo.
Radiante y espontáneo luego de un primer momento de su habitual nerviosismo, Pacheco prodigó de humor a un público-fans dispuesto a celebrarle todo y que abarrotó la sala durante la lectura de su ensayo Las batallas en el desierto a 30 años de distancia, salpicada de anécdotas dentro y al margen del texto.
El mejor homenaje que recibió Pacheco fue de los propios lectores, venidos de todos los horizontes de la sociedad mexicana: jovencitas de clase media alta, estudiantes del Poli, de filosofía, adolescentes poetas en ciernes, señores enamorados de sus frases y versos, abogados que han dado a leer a sus niños menores de 10 años los libros del poeta narrador, pero que además aseguran que les han servido para sus litigios por el manejo del tiempo, el modo y la circunstancia.
Si había algo en el mundo que yo quería, era conocerlo
, le dijo Daniela, de 16 años, acompañada de su madre, quien cometió la irresponsabilidad
de dejar que su hija leyera El principio del placer ¡a los 11 años! Tú eres la lectora ideal
, le respondió, entre otras cosas, el poeta.
Luz Elena Gutiérrez de Velasco dijo muchas cosas ciertas del premiado, como que los seres humanos como José Emilio Pacheco se tornan indispensables
y que él le infunde a nuestra vida más claridad, conciencia e intensidad
.