La política migratoria estadunidense se ha endurecido en años recientes y ello ha propiciado que el número de deportaciones de indocumentados mexicanos se incremente y que se modifiquen sus características.

En la actualidad, aseguró el comisionado del Instituto Nacional de Migración, Salvador Beltrán del Río, las repatriaciones son no sólo de personas detenidas en la frontera, sino también en los centros de trabajo.

De acuerdo con las cifras de deportaciones, durante 2011 han sido devueltos a México 291 mil 632 indocumentados. De esa cifra, 189 mil 472 se efectuaron bajo un esquema de repatriación ordenada en el periodo enero-agosto. Apenas el año pasado se reportaron 469 mil 268, de las cuales 267 mil 317 se llevaron a cabo bajo dicho esquema.

Al ofrecer una plática en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey campus ciudad de México sobre la gestión migratoria, Beltrán del Río fue interrogado respecto de la desconfianza de los indocumentados centroamericanos en las autoridades migratorias mexicanas y los excesos en su contra. El funcionario comentó que el INM ha colaborado en investigaciones relacionadas con algunos casos graves en Tamaulipas y Tabasco, en los cuales se han puesto a disposición los expedientes del personal implicado.

Indicó que esas indagatorias han derivado en detenciones de algunos funcionarios, pero reconoció que otros se encuentran prófugos. Al responder a inquietudes de estudiantes sobre el proceder del INM, Beltrán del Río aseguró que se han cumplido prácticamente todas las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) relacionadas con presuntas violaciones a las garantías de los indocumentados.

En relación con las deportaciones de centroamericanos, mencionó que en 2010 fueron 63 mil 300, de las cuales 51 mil 947 se realizaron bajo el memorando de entendimiento firmado con El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua para que, al igual que se realiza entre México y Estados Unidos, haya un esquema de repatriación.

Mencionó, por ejemplo, el caso de los salvadoreños. Éstas, apuntó, se realizan mediante un transporte que México dispone para llevarlos a San Salvador.

Por otro lado, explicó, en el caso de los guatemaltecos el promedio para deportarlos es de poco más de 24 horas. Sin embargo, destacó que con Guatemala hay un esquema de visas de trabajo para que puedan laborar en México, particularmente en fincas cafetaleras de Chiapas. O bien, trabajadores guatemaltecos participan mucho en la construcción de hoteles en Cancún, Quintana Roo.

Sin embargo, a pregunta expresa sobre los controles de seguridad en el país para evitar que delincuentes se internen en el país, el funcionario dijo que no se utilizan en primera instancia los biométricos para el control de quienes ingresan.

Empero, mencionó que en algunos casos, en los que existe la sospecha de reincidencia en el cruce indocumentado a México, sí se adoptan medidas de seguridad, porque podrían participar en el tráfico de personas.

Recordó que esta práctica es la tercera más rentable después del trafico de drogas y armas. Por ejemplo, a un indocumentado que proviene de Asia llegan a cobrarle hasta 50 mil dólares, enfatizó.