Martes 11 de octubre de 2011, p. 25
Nueva York, 10 de octubre. El secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se declaró el lunes triste
por la matanza de 26 cristianos coptos en Egipto y pidió a los representantes del gobierno de transición –un consejo militar– proteger los derechos humanos y civiles de la población, independientemente de su credo.
Desde esta ciudad, Ban también solicitó a las autoridades que remplazaron al presidente Hosni Mubarak –quien dimitó en medio de protestas masivas en el país, en febrero– que cumplan las expectativas de los ciudadanos de celebrar próximamente elecciones libres y justas.
Los comentarios de Ban fueron a propósito del ataque a cientos de coptos en El Cairo, que el domingo por la noche se congregaron pacíficamente en el centro de la ciudad para reclamar al gobierno por la destrucción de uno de sus templos en la provincia de Asuán, en el sur del país.
Miles se congregaron hoy en la catedral del distrito de Abbasiya y marcharon por la capital egipcia para exigir respeto a la diversidad religiosa, mientras el consejo militar gobernante ordenó una investigación sobre los hechos, para que los responsables –musulmanes radicales, presuntamente– sean llevados a juicio en un tribunal castrense.