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Año electoral
Pese a reformas, el IFE se encuentra desgastado, sostienen consejeros

Por seguridad nacional debe evitarse un conflicto después de las votaciones de 2012, advierte Francisco Guerrero

Frente a la violencia que azota el país, no me imagino qué pasaría si hubiese un desenlace como el de 2006, expresa

 
Periódico La Jornada
Viernes 7 de octubre de 2011, p. 3

Aunque formalmente el Instituto Federal Electoral (IFE) resultó fortalecido por una reforma que le permitirá atajar los excesos que en 2006 llevaron al primer conflicto poselectoral grave desde su existencia, el organismo llega desgastado al arranque del proceso comicial.

Las razones: una conflictiva relación con los concesionarios de radio y televisión derivada, paradójicamente, de esa reforma, y por el histórico inicio del proceso sin la integración plena de los consejeros electorales, que podría empantanar decisiones clave en el proceso.

En paralelo, el año electoral que arranca este mediodía se da bajo una condición inédita: la violencia desbordada que campea en el país, con una secuela de 50 mil muertos desde 2006 y la fuerte presencia del crimen organizado en muchas entidades.

Es claro que este entorno, reconoce el consejero Francisco Guerrero, condiciona los comicios, es motivo de seria preocupación del instituto para garantizar la realización de los mismos en las mejores condiciones y ha motivado que se prevea reforzar los esquemas de seguridad.

Bajo esa lógica, de acuerdo con el consejero, no hay espacio para reditar un controvertido proceso como el de 2006, con su secuela poselectoral.

No me imagino qué pasaría en el país si la elección tuviera un desenlace como entonces. Con la situación de inseguridad que prevalece, evitar una crisis política como aquélla se torna asunto de seguridad nacional.

Protagonista del proceso de 2006, el ex consejero electoral Marco Antonio Gómez sostuvo que si bien hubo una reforma tendiente a corregir la carencia de facultades del organismo frente a nuevos fenómenos (como la guerra sucia, los actos anticipados de campaña y las injerencias indebidas del Ejecutivo), advertimos desde ahora una extraña combinación de una fortaleza de la institución (para organizar las elecciones) y una lamentable debilidad de su Consejo General en su función de arbitraje.

Hay evidencias claras de que muchos aspirantes a la Presidencia están efectuando actos anticipados de campaña sin que el árbitro haga nada por detenerlos. Los procedimientos especiales sancionatorios, diseñados para ser resueltos en cinco días, nunca son desahogados en los plazos legales fijados.

Lo anterior llega al grado de que hay procedimientos especiales sancionatorios que datan de 2009, apuntó.

La elección de 2012 convocará a 80 millones de votantes y el IFE deberá capacitar alrededor de un millón de funcionarios que atenderán las 150 mil casillas que se instalarán el primero de julio del año próximo.

En este proceso se realizarán las campañas presidenciales más cortas de la historia (90 días) y se transmitirán 43 millones de espots bajo el nuevo modelo de comunicación política que obliga a su difusión en tiempos oficiales.

Es precisamente este tema el que ha detonado una confrontación entre el IFE y los concesionarios de radio y televisión, pues si bien el organismo electoral reivindica que se ha logrado garantizar la transmisión de 97 por ciento de los promocionales, también es claro que esto ha implicado multas por más de 300 millones de pesos a los concesionarios.

Guerrero admite que tras la reforma electoral que modificó radicalmente el modelo de comunicación (anulando las millonarias ganancias que los comicios redituaban a los concesionarios), también al instituto debe quedarle clara la necesidad que tiene de mantener una buena relación con los medios de comunicación.

Me parece que el IFE no puede mantener el nivel de desgaste que le ha implicado esta relación con los medios, y debe replantear una suerte de reconciliación en la que el instituto deje de ser protagonista, en aras de garantizar la transmisión de los espots y una buena relación con los medios.

Aun cuando existen nuevas reglas que permiten al IFE enfrentar en mejores condiciones la guerra sucia, la polarización que el tema siempre ha generado entre la libertad de expresión y la calumnia podrá entramparse ahora con la integración de seis miembros del Consejo General del organismo.

Ya en 2006, cuando se instrumentaron por primera vez algunos criterios del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en relación con la guerra sucia, las votaciones de los magistrados fueron consistentemente divididas y con mayorías de un solo sufragio, lo que augura una compleja función del arbitraje en esta materia.