Santiago, 6 de octubre. Fuertes enfrentamientos se desataron este jueves en varios puntos de Santiago entre la policía chilena y los estudiantes que marchaban, durante una jornada en la que carabineros lanzaron gases lacrimógenos y chorros de agua contra los manifestantes, con saldo de más de 130 detenidos, 25 agentes lesionados y decenas de civiles heridos.

Tras el quiebre de la mesa de diálogo en la noche del miércoles entre el gobierno derechista del presidente Sebastián Piñera y representantes del movimiento estudiantil, la policía arremetió contra la marcha no autorizada por la intendencia metropolitana cuando apenas comenzaba pacíficamente en la céntrica Plaza Italia y avanzaba por la avenida Alameda Bernardo O’Higgins rumbo al palacio presidencial de La Moneda.

La violencia de la represión fue de tal magnitud que también los líderes estudiantiles fueron agredidos, entre ellos la dirigente Camila Vallejo, que terminó bañada de agua y afectada por los gases lacrimógenos, ademas de varios periodistas y camarógrafos de la prensa local e internacional. Radio Cooperativa de Chile reportó que dos periodistas resultaron heridos y otro más fue arrestado.

Los gases lacrimógenos tornaron irrespirable el ambiente, por lo que varias personas tuvieron que ser llevadas a hospitales afectadas por los gases químicos y los golpes de tolete de los carabineros. Muchos manifestantes respondieron lanzando palos y piedras contra los uniformados, lo que generalizó las escaramuzas en varias zonas céntricas.

La policía embistió indiscriminadamente, por lo que también resultaron heridos el periodista de CNN Nicolás Orarzún y el camarógrafo de Megavisión Jorge Rodríguez. Además, el periodista de Chilevisión Luis Narváez fue arrestado y paseado en un vehículo de carabineros junto con otros manifestantes detenidos.

Frente a las acusaciones de la intendente Cecilia Pérez, de que el liderazgo estudiantil es el responsable de los desórdenes y que presentará las querellas que correspondan, Vallejo lamentó la forma cómo el gobierno ha enfrentado el movimiento.

La intendencia les dio libertad absoluta para reprimir, para no permitir reuniones en los espacios públicos, y eso es inaceptablesporque viola un derecho constitucional, dijo Vallejo, vocera de la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech). Añadió que el gobierno es el culpable por negarse a todo: pedimos permiso para marchar y no lo dan, pedimos educación gratuita y tampoco. ¿Qué pretende el gobierno?

El ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, defendió la llamada ley antitomas, anunciada el domingo pasado por el gobierno, mediante la cual buscará sancionar a quienes ocupen escuelas, edificios públicos o privados, y a los que en las protestas provoquen daños. El funcionario dijo estar seguro de que ellos, los miembros del gobierno derechista, representan a la mayoría de los chilenos.

Tras el rompimiento anoche de negociaciones con el movimiento estudiantil y de profesores, el ministro de Educación, Felipe Bulnes, declaró que el gobierno de Piñera está comprometido en avanzar en la gratuidad de la educación para los más vulnerables y avanzar con créditos y becas para la clase media, pero no para todos los estudiantes. Incluso dijo que seguían abiertos al diálogo.

Insistió en que una educación gratuita para todos implicaría que los pobres tengan que subsidiar la educación de los más ricos. En esa tónica, en la segunda reunión de anoche con la dirigencia estudiantil el gobierno sólo ofreció el beneficio a 40 por ciento del estudiantado, lo que llevó finalmente al rompimiento del diálogo con el movimiento estudiantil.

Camila Vallejo dijo esta mañana que la Confech estaría dispuesta a retomar la mesa de diálogo sólo si el Ejecutivo presenta una nueva propuesta con respecto a su reclamo de gratuidad de la educación pública. Si bien afirmó que no pretenden el todo o nada, subrayó que no se puede continuar discutiendo solamente sobre la base del plan gubernamental.

Apuntó que el ministro Bulnes ha dicho que el gobierno no quiere que los más pobres financien a los más ricos, y agregó que nosotros tampoco lo queremos, sino que los más ricos sean los que financien a los más pobres y a los sectores medios, y eso se hace a través de una reforma tributaria.