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Expresa preocupación por la influencia de la cultura basura de EU: Roberto Mascaró

La poesía de Tranströmer es mítica, pero sin dioses, dice su traductor al español

Nórdica publica sus libros en castellano y puso en circulación El cielo a medio hacer y Deshielo a mediodía

Es uno de los poetas más influyentes del siglo XX, señala Diego Moreno, su editor

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Tomas Tranströmer y su esposa, Mónica, captados ayer en su casa de EstocolmoFoto Reuters
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 7 de octubre de 2011, p. 4

Madrid, 6 de octubre. La poesía de Tomas Tranströmer es concentrada, con mucho uso de las metáforas, de una enorme cadencia y con una poética mítica pero sin dioses, explica Roberto Mascaró, traductor al español del Nobel de literatura y también poeta.

Al escritor sueco, un desconocido para la mayoría de los lectores de otras lenguas, también se le considera uno de los poetas con mayor influencia del siglo XX y que en su obra hay una honda preocupación por el planeta y por la creciente homogeneización de la sociedad, debido a la penetración global de la cultura basura de Estados Unidos.

Tranströmer (Estocolmo, 1931) tiene un total de ocho libros, en los que queda condensada una obra escrita con paciencia y en la que abundan referencias a la naturaleza, los parajes y los paisajes de su patria, Suecia, y del resto de los países nórdicos, de los que se considera defensor.

Rico inventario de metáforas

Diego Moreno es el visionario director de la editorial Nórdica, desde la que intenta difundir a los principales autores de la literatura de esa región de Europa, y la primera que tradujo al español la obra del nuevo Nobel de Literatura.

A juicio de Moreno, Tranströmer es un poeta que tiene poca obra, pero su poesía es posiblemente la más influyente de los recientes 40 años. De hecho, es poco conocido entre los lectores, al menos hasta ahora, pues esto cambiará con el Nobel. Pero es muy conocido entre los poetas, que lo reconocen como uno de los más influyentes del siglo XX. Por ejemplo, en Estados Unidos es el segundo poeta más traducido, después de Pablo Neruda.

Los dos libros de Tranströmer editados en español recientemente son El cielo a medio hacer y Deshielo a mediodía. Su poesía llega fácil a los lectores, no es rebuscada ni oscura. Y tiene uno de los inventarios de metáforas más rico de los tiempos recientes y muchos rasgos en común con la literatura nórdica, como la ausencia de barroquismo. Es muy directa, con mucha influencia de la naturaleza y con un estilo que a veces es un tanto surrealista, al menos la parte de su obra que es más experimental, abunda Moreno.

En relación con la personalidad del Nobel sueco, su editor asevera que es un poeta muy comprometido. Fue sicólogo en una cárcel y eso lo acercó mucho al dolor y los problemas sociales.

“No tiene tantos poemas de amor, pero sí muchos que se vinculan con la música, porque él tuvo un ictus cerebral y digamos que la música fue lo que lo salvó.

Él toca el piano sólo con la mano izquierda. Sobre todo le ha influido Haydn. De ahí que su poesía también tenga mucha sonoridad, añadió Moreno, quien aceptó que Tranströmer supone para nosotros un reconocimiento a cinco años de trabajo para difundir lo mejor de la literatura nórdica.

Músico desde la infancia

El también poeta Roberto Mascaró, traductor de Tranströmer, desde El Salvador –donde participa en un festival– conoció la noticia de la concesión del Nobel a su amigo y admirado escritor. Sin embargo, decidió permanecer en Centroamérica para llevar la poesía a niños y jóvenes, como una llama de esperanza.

“Si tuviésemos que clasificar a Tranströmer –explica el traductor– diría que escribe una poesía concentrada, de distancia, con mucho uso de metáforas y cierta influencia del surrealismo. Su poesía es mítica, pero sin dioses. Además de ser una escritura de reflexión, de preocupación por el planeta y por la sociedad.”

Respecto de la influencia de la música en la vida y obra del galardonado, Mascaró manifiesta que Tranströmer se hizo músico desde la infancia y lo sigue siendo. Ahora se dedica a tocar el piano con la mano izquierda, porque la derecha la tiene paralizada. Pero en general, la música también ha sido parte de su vida, es una poesía musical aunque sea sin rima y sin una métrica muy definida. Aunque, dice Mascaró, Tranströmer sólo reconoce la influencia de la poesía clásica griega y latina, sobre todo de Horacio y de los líricos griegos.

En cuanto al carácter social y reivindicativo de la obra del nuevo Nobel, el traductor expresa que se preocupa en particular por “la homogeneización de la sociedad. La americanización que hay en toda Europa y en el resto del mundo, además por los valores que han decaído con los nuevos medios de comunicación y la propagación sin freno de esa cultura basura”.

Mascaró, residente en Suecia aunque con raíces uruguayas, añadió que la traducción tiene cierta complejidad. Sobre todo por el paisaje sueco o de los países nórdicos, que están muy presentes en la poesía de Tranströmer. Pero sus metáforas no son complicadas, si acaso son originales y asombrosas. La traducción ha sido un desafío y muy interesante, porque para un poeta siempre es un juego rico el hecho de rescribir lo que otro ha escrito en otra lengua. De toda su obra hay tres o cuatro poemas que no he traducido, pues creo que no es posible hacerlo.

Finalmente, el traductor uruguayo recomendó “poner especial atención es un poema que se llama Bálticos, que es largo, como de 20 páginas, y se publicó por separado. Es como un libro, donde el escritor sueco intenta buscar algo parecido a su poema nacional y decir que el Báltico es una realidad poco conocida, históricamente marginado por un clima tan duro. Digamos que afirma que el Báltico ha sido poco navegado por los europeos del sur”.