La ciencia, alternativa frente a un porvenir oscuro, afirma Bárzana
México, país de la OCDE con peores resultados en la materia: investigador
Jueves 6 de octubre de 2011, p. 44
Representantes de la academia y del sector empresarial señalaron que en el país la vinculación entre ambos es prácticamente nula, lo que incide en el estancamiento económico y social. Agregaron que uno de los principales objetivos de esta fusión debe ser beneficiar a la sociedad en su conjunto.
Durante el segundo día de actividades del simposio La ciencia y la educación en el siglo XXI, organizado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expertos lamentaron que aun cuando desde hace años se habla de la importancia de generar colaboración entre la industria privada y las instituciones de educación superior, ésta sea todavía un tópico pendiente.
Una de las causas que favorecen esta falta de colaboración es el escaso interés en ciencia y tecnología de las instancias políticas. Ejemplo de ello es que, cuando los académicos se presentan ante legisladores de las comisiones relacionada a estos ámbitos, casi siempre llegan sólo dos o tres diputados o senadores.
En el acto, el secretario general de la UNAM, Eduardo Bárzana, sostuvo que la ciencia sin sociedad carece de todo sentido.
Para el funcionario universitario el futuro cercano es incierto, oscuro y escalofriante
, en particular para los jóvenes, pues tanto el deterioro ambiental como el social resultan alarmantes y parecen estar fuera de control. Y la comunidad científica –dijo– es una de las alternativas para encontrar soluciones.
Por su parte, Marcelino Cereijido, del Cinvestav, indicó que en el país existe ausencia de cultura científica. Explicó que no se trata de que todos los ciudadanos sean científicos, sino de que tengan claro –en particular los tomadores de decisiones– que ante un problema de cualquier índole para resolverlo es mejor acudir a la ciencia que a doctrinas religiosas.
Subrayó que en ocasiones grupos multidisciplinarios emprenden proyectos de investigación y consiguen el apoyo presupuestal de algún gobierno, pero cuando hay cambios sexenales el financiamiento muchas veces se retira. Estamos en manos de analfabetas científicos y un autoritarismo impresionante.
Carlos Arâmburo de la Hoz, coordinador de la Investigación Científica de la UNAM, convocó a realizar una serie de cambios en instituciones gubernamentales, en las de educación superior y en el sector privado para generar más vinculación entre estos sectores.
Indicó que México es el país de la OCDE que menos doctores produce al año, que menor número de artículos científicos produce por número de habitantes, que casi no genera plazas para los investigadores y que menor número de patentes consigue.
José Antonio de la Peña, director del Centro de Investigación en Matemáticas, aseveró que el hecho de que México ocupe el último lugar en las cifras de la OCDE no es relevante
, pues desde que el país ingresó a ese organismo está en esa posición. Aunque, subrayó los indicadores nacionales han incrementado.
Expresó que en México existe una buena planta de científicos con capacidad internacional, pero falta construir un aparato científico con infraestructura, potencia y engranaje para mover a la sociedad
. No se crecerá en este ámbito si no se establecen medidas que pasen por mayor inversión, gubernamental y privada, y colaboración entre todos los sectores involucrados.
León Olivé, del Instituto de Investigaciones Filosóficas, consideró complicado que las políticas públicas en el país cambien para beneficiar la vinculación academia-empresa. Por ello, afirmó que las universidades públicas, en particular la UNAM, deben tomar un papel protagónico para impulsar la colaboración tanto con el sector privado como con otros ámbitos de la sociedad.