Nueva York, 1º de octubre. Soy puta, ¿y qué?, decía una pancarta, y otra que discrepaba, Ni putas ni santas, somos mujeres, hoy durante la llamada marcha de las putas que congregó a mil personas aquí.

Al denunciar la violencia sexual contra las mujeres y exigir no sólo respeto a sus cuerpos sino a sus derechos, incluyendo el aborto, algunas participantes exageraron la moda (incluso desnudaron sus torsos) para hacer explícito que no importa cómo se comportan o visten, nunca hay pretexto para hostigar y actos agresivos contra ellas.

Sin importar quién eres, sin importar dónde trabajas, sin importar cómo te identificas, sin importar cómo coqueteas, sin importar cómo te vistes, sin importar a quién decides amar, sin importar qué dijiste antes, nadie tiene derecho de tocarte sin tu consentimiento, afirmaron en su declaración.

Las marchas de las putas se han realizado en varias ciudades del mundo, y es parte de un movimiento que denuncia lo que llaman la cultura de violación (culpar a las víctimas) y que busca poner fin a la violencia sexual.

La ciudad de Nueva York, escenario ayer de la manifestación femenina de protestaFoto Michael Fleshman

El movimiento se ha expresado en la ciudad de México y varias urbes en Canadá (las protestas nacieron en Toronto y se extendieron a Inglaterra, Australia, Holanda, Dinamarca y Argentina, entre otras). Incluso hoy hubo manifestaciones en París y Santiago de Chile.

Hoy marcharon por el East Village y se congregaron en Union Square para expresar sus demandas y festejar su resistencia con música. Algunas oradoras deploraron el aumento de la violencia sexual, incluyendo un incremento de 32 en casos de violación forzada en Nueva York este último año.

Algunas de las organizadoras participaron en las protestas contra el ex jefe del Fondo Monetario Internacional, cuando su proceso legal por violación y asalto sexual a una recamarera de un hotel de lujo fue anulado el mes pasado.

Strauss-Kahn, vergüenza, corearon junto con sin importar como nos vestimos, donde sea que estamos, sí es sí, no es no, y exigieron que toda víctima de violación merece un juicio imparcial.

El feminismo es para amantes, afirmaba una manta.