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El AHA aparece como proyecto académico y no cuenta con presupuesto propio

En riesgo, la memoria histórica del uso del agua en México

Tenemos un archivo vivo, que consultan campesinos y ejidatarios, destaca coordinadora

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El Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social impulsa la creación de un Museo del Agua para divulgar el acervo del AHA. Imagen de archivo de la presa Valle de BravoFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de octubre de 2011, p. 33

El Archivo Histórico del Agua (AHA), que contiene documentos que abarcan desde la época colonial hasta finales del siglo XX sobre el uso de este recurso en México, corre el riesgo de desaparecer, pese a ser considerado uno de los acervos documentales y fotográficos más importantes de Iberoamérica. En total conserva 207 mil 152 expedientes, a lo que se suman 70 mil más que aún deben ser clasificados.

Casi dos décadas después de su creación, no cuenta con partida presupuestal específica ni está protegido por el Registro Nacional de Archivos, a fin de que su riqueza documental sea considerada patrimonio nacional. 

El Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), organismo que impulsó su creación en 1994, aseguró que tras 17 años de trabajo ininterrumpido en tareas de clasificación, preservación y organización del material –lo que ha permitido su consulta pública–, la federación deberá asumir esta responsabilidad a partir de 2012.

Diego Iturralde, coordinador académico de esa casa de estudios, destacó: Hicimos una labor que no es competencia directa del centro. Usamos recursos de fondos propios que luego son reintegrados por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ya que el AHA aparece como proyecto académico entre ambas instancias. Esto generó un sistema de financiamiento imposible de sostener.

Para integrar un proyecto que permita su rescate se firmó un acuerdo para que durante 2011 el Ciesas elabore un proyecto para dotar de recursos al AHA y su biblioteca central de estudios y proyectos, con cerca de 40 mil títulos especializados, y también impulsar la creación de un Museo del Agua para la divulgación de su acervo.

Olvido y destrucción

Antes de la creación del archivo miles de documentos permanecieron abandonados en bodegas, sótanos y patios de la Conagua y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa). Fue la intervención del experto en historia del agua, Luis Aboites, entonces catedrático del Ciesas, quien a mediados de los años 90 alertó a esa casa de estudios sobre las condiciones en que se encontraban documentos y fotografías.

Esto impulsó a la entonces directora del centro, Teresa Rojas Rabiela, a buscar un acuerdo de colaboración con la Conagua para iniciar su rescate.

Apilados en cientos de cajas de cartón, documentos que datan de los siglos XVIII, XIX y la primera mitad del XX sufrieron severos deterioros por la acción de aguas negras, roedores, insectos, bacterias y hongos.

Israel Sandré, director del AHA, afirmó que aún se desconoce cuánto del patrimonio documental se perdió por las malas condiciones de conservación, aunque enfatizó que tenemos la certeza de que aún son miles los expedientes que se encuentran en condiciones deplorables y que no hemos podido rescatar por falta de recursos.

La propia sede del archivo, en lo que fuera la extinta Comisión Nacional de Irrigación (1926-1946), en Balderas 94, Centro Histórico, carece de condiciones adecuadas para albergar los más de 200 mil expedientes que dan cuenta de las medidas políticas, económicas y técnicas relacionados con el uso de este recurso desde 1888 a 1990, pues sufre por las inundaciones en época de lluvias, conserva humedad y no cuenta con el mobiliario idóneo.

Sin embargo, destacó Sandré, la riqueza documental del AHA ha sido reconocida incluso por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). En 2008 convocó al organismo a participar e impulsar un proyecto para la creación de una red iberoamericana de archivos del agua, al considerar que su acervo es especializado.

Por su valor histórico, Sandré, afirmó que sin el apoyo decidido de las autoridades federales para garantizar el financiamiento de esta propuesta se pondrá en riesgo la memoria histórica del uso del agua en México y la conservación de un patrimonio documental único.

Archivo vivo

Jessica Ríos Alvarado, coordinadora del organismo, destacó que la tarea que realiza el archivo no sólo es de investigación. Muchos campesinos y representantes ejidales vienen a consultar los documentos resguardados para avalar que sus comunidades han contado con permisos y derechos de uso de agua desde la época colonial, es decir, tenemos un archivo vivo.

Destacó que se cuenta con un extenso material fotográfico que da cuenta de la construcción de importantes obras, como la presa hidroeléctrica de Nexaca, construida por la Mexican Light and Power Company. Fue inaugurada en 1905 y era la más potente de su tipo en el mundo.

El caso de la hidroeléctrica Necaxa, afirmó, es sólo una pequeña muestra de lo que podemos perder si el gobierno federal no asume la responsabilidad de preservar los miles de documentos que resguarda el AHA.

Indicó que tan sólo el material sobre las obras de construcción de la presa de Nexaca consta de diarios de trabajo, planos, mapas, estudios geológicos y más de 3 mil imágenes, que pueden desaparecer en sótanos y cajas abandonadas.