Deuda: nuevo récord
En agosto, 4.5 billones
Creel, el chistoretero
ada que el gobierno calderonista actualiza el de por sí voluminoso saldo mensual de la deuda interna y externa del sector público federal (lo ha hecho en 57 ocasiones consecutivas) se escucha una campanita para que los votantes recuerden uno de los más jocosos espots de la propaganda electoral panista (repetido sin misericordia durante la campaña de 2006), que pretendía ensalzar a su candidato a la Presidencia de la República, que no era otro que el actual inquilino de Los Pinos. Decía la cantaleta: “Hay formas de que México avance sin deudas… ¡Felipe Calderón te dirá cómo!”
Durante la campaña electoral de 2006 tal propaganda no provocó mayor impacto en la población, pero a estas alturas –consumida la mayor parte de la estancia calderonista en Los Pinos y tras 57 actualizaciones del saldo de la deuda del sector público– se ha convertido no sólo en una de las agresiones más crudas en contra de la ciudadanía, toda vez que siempre es ella la que paga los excesos de sus supuestos gobernantes, sino en invaluable ayuda de memoria para los votantes, que deberán considerarla en el proceso electoral de 2012, pues el personaje que ofrecía, por medio de su partido político, avanzar sin deudas
y se comprometía a explicar cómo ello sería posible (lo que nunca ha hecho), procedió en sentido exactamente contrario al pregonado cinco años atrás por el aparato propagandístico del blanquiazul.
Tal ha sido el incumplimiento que las proyecciones más conservadoras estiman un crecimiento de la deuda pública cercano a 160 por ciento en el sexenio calderonista. De ese tamaño son los compromisos
de campaña. Lejos, muy lejos, de explicar cómo haría avanzar a México sin deudas
, el inquilino de Los Pinos y su brillante equipo económico han endeudado aún más a los mexicanos: el primer día de diciembre de 2006 a cada uno de ellos correspondía un débito cercano a 18 mil pesos; cinco años después, tal proporción creció a 41 mil pesos, aproximadamente, sin considerar otro tipo pendientes.
La realidad, pues, inversamente proporcional a las promesas de campaña (no sólo en el tema de la deuda pública, desde luego). El problema es que se avecina la nueva temporada, y los candidatos repetirán la historia, de tal suerte que depende de los propios electores que no les vuelvan a tomar el pelo, como es tradición. Y ayudas de memoria como la citada son útiles a la hora de cruzar la boleta, aunque cierto es que no son muchas las opciones.
Cincuenta y siete meses al hilo (diciembre de 2006-agosto de 2011) de crecimiento sostenido de la deuda pública no es un indicativo que invite a pensar en un cambio de la expectativa. De hecho, para 2012 el inquilino de Los Pinos propone al Congreso que autorice un monto adicional de endeudamiento público interno neto hasta por 395 mil millones de pesos, 20 mil millones más que lo aprobado en 2011, y un endeudamiento externo hasta de 7 mil millones de dólares, 2 mil millones más que el año previo, de tal suerte que el saldo del débito público superaría los 5.2 billones de pesos, cuando menos.
Mientras eso sucede, la Secretaría de Hacienda informó que al cierre de agosto pasado, el saldo de la deuda (interna y externa) del sector público federal alcanzó un nuevo récord: poco más de 4.5 billones de pesos (sólo el débito foráneo suma 111 mil 284.7 millones de dólares, considerados a un tipo de cambio de 12.41 por cada billete verde. Sin embargo, con la devaluación que por estos días se registra el costo en pesos crece sustancialmente, algo así como 200 mil millones de pesos), o lo que es lo mismo 7.34 por ciento más que al cierre de 2010. Lo anterior se traduce en lo siguiente: de enero a agosto de 2001, y como promedio, cada 24 horas el sector público federal contrató deuda por mil 288.2 millones de pesos, hasta acumular 309 mil 168.8 millones en el periodo.
En fin, en los hechos esa ha sido la forma
de Felipe Calderón para que México avance sin deudas
. Y mientras el electorado guarda el dato para recordarlo en julio de 2012, el informe de la Secretaría de Hacienda detalla lo siguiente: el saldo de la deuda interna neta del gobierno federal al cierre de agosto fue de 3 billones 9 mil 100 millones de pesos, monto superior en 200 mil millones al registrado al cierre de diciembre de 2010. La variación de los saldos se explica por un endeudamiento neto por 234 mil 600 millones, ajustes contables al alza de la deuda indexada a la inflación por 14 mil 100 millones de pesos y un incremento en las disponibilidades del gobierno federal por 48 mil 500 millones.
En agosto, el saldo de la deuda externa neta del gobierno federal fue de 58 mil millones de dólares, cifra superior en 5 mil 600 millones de billetes verdes a la observada al cierre de 2010. Este resultado se explica, dice Hacienda, por un endeudamiento neto de 2 mil 100 millones de dólares, ajustes contables al alza por 700 millones y una disminución de los activos financieros denominados en moneda extranjera por 2 mil 900 millones.
En lo que corresponde al saldo de la deuda interna neta del sector público federal (gobierno federal, organismos y empresas y banca de desarrollo; fuera de este registro queda el débito por Pidiregas de la Comisión Federal de Electricidad y el rescate carretero
, entre otros saldos), al cierre de agosto se ubicó en 3 billones 141 mil 500 millones de pesos, lo que significa un incremento de 221 mil 100 millones respecto del cierre de 2010. Ello obedece a un endeudamiento interno neto durante el periodo de 262 mil 500 millones, ajustes contables al alza por 15 mil 300 millones y un incremento en las disponibilidades del sector público federal por 56 mil 600 millones.
A su vez, el saldo de la deuda externa neta del sector público federal fue de 111 mil 300 millones de dólares, monto superior en 6 mil 600 millones de billetes verdes al registrado al cierre de 2010. Este resultado se explica por un endeudamiento neto de 2 mil 100 millones, ajustes contables al alza por mil 400 millones y una disminución en las disponibilidades del sector público federal por 3 mil 100 millones. Y para incrementar la deuda todavía le quedan 14 meses al calderonato.
Las rebanadas del pastel
Los precandidatos blanquiazules al hueso mayor no hacen campaña política; sólo se dedican a contar chistes, y muy malos. Santiago Creel, por ejemplo, ayer se aventó la siguiente puntada en Celaya, Guanajuato: Acción Nacional debe mantener la Presidencia de la República, porque de lo contrario otros van a empezar a endeudar al país
. Qué cara más dura.
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