La académica de la UNAM dictó una conferencia magistral
Viernes 30 de septiembre de 2011, p. 4
Cuando colaboraba con Francisco de la Maza en la investigación El pintor Cristóbal de Villalpando, la historiadora de arte Elisa Vargaslugo descubrió en los retablos de la capilla de Azcapotzalco un cuadro de Juan Correa.
Sin proponérselo, encontró a un artista que aún la seduce más de tres décadas después. Fue en 1975 y desde entonces comenzó a estudiar la obra de Correa, considerado uno los tres grandes de la pintura barroca mexicana.
Vargaslugo, académica del Instituto de Investigaciones Estéticas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien fue investida la semana pasada con el doctorado honoris causa de esa casa de estudios, explicó en conferencia magistral cómo ha desarrollado sus indagaciones sobre este pintor mulato.
El ambicioso proyecto que emprendió sobre este artista, en colaboración con sus alumnos del seminario de arte colonial de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (que ella fundó), representa el primer trabajo monográfico sobre un pintor novohispano desde un enfoque multidisciplinario.
La intención, explicó ante decenas de asistentes a su conferencia, era realizar una catalogación exhaustiva de la producción del artista, tanto en el país como en el extranjero, así como realizar una búsqueda acuciosa de documentos y archivos nacionales
El resultado es la edición de Juan Correa: su vida y obra, que consta de cuatro volúmenes, cuyo último tomo está en preparación.
“Hemos encontrado muchas pinturas que no eran conocidas. Entre ellas, La aparición de San Francisco al papa Urbano, su primera obra, fechada en 1666. Pertenece a una colección privada de León, Guanajuato”, dijo en la conferencia Novedades sobre Juan Correa, realizada en el IIE.
Además de catalogar los cuadros hallados en México y otras naciones y de revisar archivos, la investigadora ha conseguido las mejores imágenes para analizar, a detalle, los trazos en cada uno.
“Al consultar textos de Mariano Fernández de Echeverría y Veytia, leí su testimonio acerca de una pintura con temática guadalupana en Valladolid, España. Después de ocho años, encontré Las apariciones de la virgen de Guadalupe, de 1667, primera imagen en su tipo.”
Vargaslugo, investigadora emérita de la UNAM y del Sistema Nacional de Investigadores, ha dedicado 36 años de estudio a ese pintor, tiempo en el que ha catalogado 430 de sus obras.
Para completar el trabajo es necesario un análisis de su técnica. El último tomo contiene la biografía de Correa, desde que sus padres llegaron a la Nueva España; notas documentales; registros de sus retablos y la crítica más amplia sobre sus pinturas.
Con 60 años de trayectoria académica, Vargaslugo forma parte de la ilustre generación de mujeres
que se incorporó a la vida académica del IIE en los años 50 del siglo pasado. Algunos de sus maestros en la Facultad de Filosofía y Letras fueron: Manuel Toussaint, Francisco de la Maza y Justino Fernández, considerados pioneros de la historia del arte en el país.