Martes 27 de septiembre de 2011, p. 16
La decapitación en Nuevo Laredo, Tamaulipas, de la periodista María Elizabeth Macías Castro, el pasado sábado, representa una clara amenaza a los usuarios de las redes sociales en las regiones de mayor violencia
en el país, denunció ayer Amnistía Internacional (AI). Al mismo tiempo, en Nueva York, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) hizo un llamado para esclarecer el asesinato de la comunicadora y para castigar a los responsables del hecho.
Junto al cuerpo de María Elizabeth, jefa de información del diario Primera Hora, la policía encontró mensajes en los que se le acusaba de difundir información a través de redes sociales y, según algunos medios locales, junto a sus restos fueron arrojados dos teclados de computadora, cables y un reproductor de discos.
Aministía Internacional pidió también a las autoridades asegurar un clima en el que los medios de comunicación tradicionales y los usuarios de las redes sociales puedan ejercer su derecho a la libertad de expresión sin temor de ser asesinados u hostigados
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