Sociedad y Justicia
Ver día anteriorLunes 26 de septiembre de 2011Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Entre Tijuana y Ensenada hay 18 edificios en obra negra que han perjudicado el ambiente

Abundan proyectos turísticos impulsados por Fonatur, hoy abandonados: experto

Con Cabo Cortés corremos el riesgo de que sea otro plan como éstos: Exequiel Ezcurra

 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de septiembre de 2011, p. 39

En Baja California, incluidas las costas del Golfo de California, hay decenas de proyectos inmobiliarios y turísticos abandonados, que no sólo causaron daños a las localidades pesqueras y a los eventuales compradores de casas que se vieron defraudados, sino también al medio ambiente.

Exequiel Ezcurra, director del Instituto para México y Estados Unidos de la Universidad de California, dijo que mientras el presidente Felipe Calderón con su video promocional Royal Tour argumenta por qué se debe visitar México y enumera sitios valiosos, empresas paraestatales como el Fondo Nacional del Fomento al Turismo (Fonatur) tienen como misión destruir ese tipo de lugares. Esta contradicción está en el fondo del desarrollo en las costas.

Detalló que desde la carretera de Tijuana a Ensenada, hasta La Paz en Baja California Sur, y Puerto Peñasco, en Sonora, hay desarrollos turísticos e inmobiliarios que están en obra negra y aun así la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales autorizó el proyecto Cabo Cortés –colindante con el parque nacional Cabo Pulmo– a Hansa Urbana, compañía que en España está quebrada, de acuerdo con información de organizaciones ambientalistas.

Cuando en Estados Unidos empezó en 2008 la crisis inmobiliaria, en Puerto Peñasco, ubicado en las costas del Golfo de California, quedaron innumerables proyectos en obra negra, luego de que los promotores hicieron ventas especulativas de terrenos y edificios, detalló en una presentación sobre el proyecto Cabo Cortés.

El investigador, especialista en esa región, dijo que entre Tijuana y Ensenada hay al menos 18 edificios, cuya construcción quedó abandonada, a pesar de que también hubo preventas. Los dejaron a medio construir, perjudicando a los compradores y al gobierno del estado, que instaló infraestructura urbana.

Entre las obras que ha impulsado Fonatur está el fallido proyecto de la Escalera Náutica, que preveía la instalación de 22 marinas en el Golfo de California o mar de Cortés. En 2003 en Santa Rosalillita se comenzó a construir una marina, y a pesar de la alta inversión el proyecto nunca se terminó.

Para este plan se construyeron dos carreteras, una es conocida como la que no va a ningún lado, y para su apertura se causaron daños ambientales. Lo que ahora hay es una dársena destruida y daños en la bahía, donde los pescadores capturaban almeja.

La paraestatal también impulsó otro proyecto en Nopolo, donde la empresa canadiense a la que se adjudicó el desarrollo anunció que crearía una fundación para la conservación ambiental.

En 2008 la empresa se fue, miles de compradores que acudieron a la preventa se quedaron sin la casa que esperaban recibir para retirarse, ya que muchos eran estadunidenses.

Citó que en la página web de la fundación Loreto Bay, nunca establecida formalmente, en 2009 explicó a los compradores que debido a la crisis financiera internacional la operación y construcción del proyecto fue suspendida. Nopolo es una catástrofe, señaló.

Fonatur también intervino en un proyecto en Puerto Escondido, ubicado a 40 kilómetros al sur de Nopolo, donde expediciones binacionales (entre especialistas mexicanos y estadunidenses) lo describieron como una zona de manglar de gran belleza, con una barrera de corales. Fonatur lo convirtió en un proyecto de desarrollo, que también dejó abandonado con un inmenso daño al medio ambiente. La empresa francesa a cargo, Grupo Prodipe, hizo dragados, abrió calles, empezó la urbanización y, sin concluir el plan, se fue.

El caso más reciente que han abandonado los empresarios, y en el que Fonatur no tuvo injerencia, es Paraíso del Mar, en el Mogote, en La Paz.

Ezcurra detalló que se trata de una barra arenosa que protege al puerto de los huracanes, pero hace unos ocho años la empresa consiguió la autorización ambiental. No hay que ser genio, viendo lo que pasó en Cancún, para saber lo que puede pasar acá en cuanto a los huracanes. Hace unas semanas la empresa anunció que se retiraba porque el plan no era viable financieramente.

Con Cabo Cortés corremos el riesgo de que se convierta en un plan como éstos. Compradores inocentes llegan a las preventas y después los proyectos son abandonados, deteriorando el ambiente con la construcción.