Washington DC, 25 de septiembre. El riesgo para el crecimiento y la estabilidad financiera provocado por la crisis fiscal y de deuda en Estados Unidos y Europa dejó de ser un desafío regional para convertirse en un problema mundial, advirtió el grupo que representa a los principales bancos privados del planeta, varios de ellos colocados en el centro de la crisis.

Cada una de las economías más avanzadas, desde Estados Unidos a la Unión Europea y Japón, enfrenta grandes dificultades de política económica que han puesto a prueba, y lo seguirán haciendo, a los gobiernos, dijo Josef Ackermann, presidente del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés), que representa a los grandes bancos del mundo, y que también dirige el alemán Deutsche Bank AG.

La IIF se reunió este domingo, en el contexto de la asamblea anual de los gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), encuentro en el que ambos organismos multilaterales advirtieron que la crisis en los países avanzados se extendió a las naciones en desarrollo. Al término de la reunión anual, el FMI y el BM expresaron que existe un reconocimiento entre los 187 países miembros de que la gravedad de la crisis requiere una acción pronta y coordinada.

Mientras, en el encuentro comenzó a barajarse la posibilidad de que Grecia declare una moratoria sobre la mitad de su deuda pública (que equivale a 310 mil millones de dólares), lo que fue descartado este domingo por el ministro de Finanzas de Grecia, Evangelos Venizelos.

Venizelos se reunió este domingo con Christine Lagarde, directora gerente del FMI, para presentar un detalle de las medidas de austeridad impuestas por el gobierno socialista griego para tratar de reducir su déficit fiscal y recibir un desembolso de 11 mil millones de dólares a mediados del próximo mes, cantidad que forma parte del paquete acordado el año pasado entre Atenas y la llamada troika (FMI, Comisión Europea y Banco Central Europeo).

Las medidas tomadas por Grecia –que han hecho colapsar el Estado de bienestar del país, reportó este domingo The New York Times– han mejorado la situación financiera griega, aunque se requerirán acciones adicionales, dijo hoy Venizelos, después de reunirse con Lagarde.

Una de las dificultades para que los integrantes de la eurozona tomen medidas más coordinadas para frenar el ataque de los mercados sobre las deudas de países como Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia, es la dificultad política planteada por el hecho de que los planes deben ser aprobados por los parlamentos de cada país miembro.

Las acciones para promover la estabilidad y el crecimiento necesitan ser consistentes en las diferentes regiones del mundo y deben ser asumidas por los líderes de las principales economías, apuntó este domingo Ackermann.

La tensión dentro de la eurozona provocada por el manejo de la deuda pública en algunos países del euro es fuente de incertidumbre para la economía global, aseguró el presidente de los banqueros privados. La ausencia de un marco institucional efectivo para hacer frente a esa situación ha llevado a una situación de incertidumbre, que derivó en la discusión en los mercados sobre la viabilidad del euro como tal, dijo.

Existe la impresión de que las autoridades europeas consideran tomar medidas claras para hacer frente a la crisis causada por el aumento en el costo de la deuda de varios países del continente –que succiona buena parte de sus presupuestos y ha minado el bienestar de sus sociedades–, explicó Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.

El mensaje que me llevo de estos días es que las autoridades europeas, en un entorno muy complicado, tienen toda la determinación de aplicar las medidas necesarias para que puedan seguir adelante, en un entorno en que hay duda sobre la entereza financiera de sus países, expuso Carstens, al opinar sobre el resultado de la reunión del FMI y el BM.