Nueva York, 21 de septiembre. El presidente boliviano, Evo Morales, rechazó este miércoles la llamada política de paz del dignatario estadunidense, Barack Obama, preñada de doble moral.

En conferencia de prensa aquí, donde asiste al 66 periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Morales afirmó que no se construye la paz con bases militares en varios países.

Morales se dijo decepcionado de Obama, pues éste habla de paz duradera, pero ésta no se construye con bases militares ni con intervenciones. El jefe del Estado plurinacional boliviano pidió a su par en Washington, quien obtuvo el Premio Nobel de la Paz en 2009, que demuestre su compromiso acabando con las armas nucleares y la carrera armamentista de Estados Unidos.

El mandatario boliviano se preguntó por qué Estados Unidos no ratifica el protocolo de Kyoto, contra la producción de gases contaminantes, y en ese sentido señaló que Washington no tiene moral para hablar de la defensa de la naturaleza. Agregó que Obama demuestra su doble moral con sus acciones en Libia, donde las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardean ese país.

Condena las intervenciones militares

Para Morales, las intervenciones militares en estos dos casos son para apropiarse de los recursos naturales, una nueva metodología del imperialismo, del capitalismo, para enfrentar sus crisis financieras, agregó.

Ante la ausencia del presidente venezolano, Hugo Chávez, el mandatario boliviano se convirtió en la voz más dura de América Latina en la primera jornada del debate anual de la asamblea del organismo mundial.

En su discurso ante la Asamblea General, Morales solicitó hoy que la ONU declare 2013 Año Internacional de la Quinua (cereal andino), y resaltó su valor nutritivo.

En tanto, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, advirtió este miércoles ante la Asamblea General de la ONU que su país revisará los entendimientos provisorios aún vigentes con Reino Unido en lo referente a las islas Malvinas, si Londres no acepta (en un tiempo razonable) sentarse a negociar sobre la soberanía del archipiélago.