Palenque, Chis. 17 de septiembre. La caravana al sur, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, culminó su recorrido por Chiapas con una caravana de centenares de velas encendidas por la avenida central y un clamor generalizado de simpatía y generosidad para los migrantes centroamericanos que ingresan al país por las fronteras de este estado y de Tabasco con Guatemala.

Pedimos la desaparición del Instituto Nacional de Migración (INM) por sus anomalías y los atropellos contra los migrantes, expuso un colectivo de mujeres choles de Palenque.

La concurrida recepción a la caravana que encabezan Javier Sicilia y un grupo de víctimas de la violencia de distintas partes el país por donde ya pasó (de Ciudad Juárez y Torreón a Cuernavaca y Oaxaca) estuvo a cargo, entre otros, de la organización Xi’Nich, organismos civiles como Sadec, parroquias de la zona norte y comunidades eclesiales de base. También de migrantes (indocumentados, pero aquí en la plaza pública cobijados por la movilización ciudadana), originarios de Honduras y Guatemala, que fueron llamados hermanos por todos los oradores.

Mujeres de Palenque denunciaron que en el barrio de Pakalná (hoy casi otra ciudad), a escasos tres kilómetros de aquí, los migrantes se encuentran a merced de la delincuencia, y las mujeres son presa fácil. Exigieron que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y denunciaron que los agentes del INM, quienes deben proteger a los migrantes, con frecuencia son responsables u omisos ante la extorsión, el secuestro, las violaciones y los asesinatos.

El Comité de Defensa de la Libertad Indígena Xi’Nich se manifestó contra el narcotráfico, que hace mucho tiene presencia en la región. Pero también, desde nuestras comunidades, señalamos que la política de Calderón es de muerte y pobreza, y más migración. Es decir, es un problema de los indígenas mexicanos también: No nos queda más que emigrar a los centros turísticos o más allá de la frontera norte. Calderón convirtió México en un lugar de guerra, no en un lugar para el buen vivir; lo que ha construido es la viva imagen de la mentira y la muerte.

Xi’Nich, organización que hace casi 20 años, antes del levantamiento zapatista, caminó durante más de 50 días hasta la ciudad de México para exigir el fin de la represión y mejores condiciones de vida, demandó un alto a la guerra de Calderón, salud y educación, no militarización, respeto a los hermanos migrantes y no más discriminación contra indígenas y migrantes.

En los extremos de la plaza había dos instalaciones sobrecogedoras. Una, aprovechando las intrincadas raíces de un gran árbol, desplegaba decenas de velas encendidas y los nombres de decenas de muertos y desaparecidos del norte. En la otra, migrantes hondureños refugiados en la Casa del Migrante de Tenosique, Tabasco, dibujaban cartulinas pidiendo respeto y paz con todos los colores del mundo.

El padre Alberto, párroco de Palenque, denunció la extorsión criminal extendida en la zona chol y se pronunció por la esperanza cristiana de que se acabe la violencia.

De manera más dramática, el fraile Tomás González, de Tenosique, quien se encuentra amenazado, se refirió al campo minado que es México para los centroamericanos desde que cruzan nuestras fronteras. Aquí, donde opera el crimen organizado, su condición se convierte en pesadilla. Aseveró que las fosas clandestinas no sólo están en el norte, sino también en el sur.

Y sobre el INM, dijo: Somos testigos de que sus agentes operan como crimen organizado, y en Chiapas y Tabasco son responsables de que el recorrido de los hermanos sea tan terrible. Los persiguen, los obligan a meterse en los pantanos, los ponen en peligro. Además, las autoridades son responsables de encubrimiento en esta región, que se ha tornado ingobernable.

Por la noche se informó que el religioso fue aprehendido en Coatzacoalcos, Veracruz.

También estuvo Alejandro Solalinde, de la Casa del Migrante en Ixtepec (Oaxaca), quien refiriéndose a las fiestas patrias manifestó que hoy tenemos más dependencia que nunca, y que sin libertad no puede haber democracia.