Se proyectaron 270 cintas; 123 son estrenos
Domingo 18 de septiembre de 2011, p. 9
Toronto, 17 de septiembre. Con sólo la gala de clausura de este sábado, el drama político Page Eight, de David Hare, con la actuación de Bill Nighy y Rachel Weisz, la alfombra roja del Festival de Cine de Toronto volverá a desplegarse ante el Roy Thompson Hall el año que viene.
Bono, The Edge, Brad Pitt, Angelina Jolie, George Clooney, Robert De Niro, Madonna, Keira Knightley, Viggo Mortensen y Evan McGregor son algunas estrellas que desfilaron por la alfombra roja de Toronto. Ellos aman esta ciudad porque –afirman orgullosos los canadienses– pueden caminar por sus calles relativamente tranquilos, con la posibilidad de que algún fanático les pida un autógrafo, pero sin el riesgo de que se les vayan encima para arrancarles un mechón de pelo.
Toda la carne al asador
Desde mediados de la semana, el bullicio se fue apagando. En el festival toda la carne se tira al asador
en los primeros cinco días, cuando llegan a la ciudad las estrellas en sus aviones privados, pero también cientos de agentes de ventas, distribuidores y periodistas que convirtieron las principales sedes en un panal de abejas laboriosas.
Esto se debe a que, a pesar de no contar con un mercado de ventas oficial, como en Cannes, el Festival de Toronto cada vez gana más relevancia para concretar ventas, pues, según Variety, es “una seria competencia para los negocios en el American Film Market, Berlín o Cannes. No es sólo el lugar donde se pueden adquirir películas terminadas, sino también de preventa para proyectos no finalizados, como Nymphomaniac, de Lars von Trier.
Lo más importante es que el festival no sólo sirve de puerta de entrada a Norteamérica para películas de todo el mundo, rivaliza con Sundance como mercado para películas indie estadunidenses y es la principal plataforma de lanzamiento para el cine canadiense, sino que también alberga a importantes estrenos de Hollywood y marca el inicio de la carrera por las nominaciones de los Óscares.
Algunas de las casi 270 películas proyectadas –de las cuales 123 fueron estrenos mundiales– ya circulan, de boca en boca, como candidatas al Óscar.
Entre las principales aspirantes a la estatuilla dorada, según la revista The Hollywood Reporter, están The Descendants, la nueva cinta del director Alexander Payne después de Sideways, donde George Clooney interpreta a un padre de familia que debe volver a relacionarse con sus hijas cuando su mujer sufre un accidente; adicionalmente, Clooney, considerado uno de los hombres más apuestos de Hollywood, podría ser nominado mejor actor.
En tanto, el drama político The Ides of March, la cuarta película como director de Clooney que inauguró el Festival de Cine de Venecia, podría valerle una nominación por su papel como precandidato presidencial demócrata, y otra para Ryan Gosling como su asesor.
Otros que suenan como candidatos a mejor actores son Woody Harrelson por Rampart, donde intepreta a un policía duro y corrupto, y Brad Pitt, quien se personifica a un entrenador de beisbol en Moneyball 2. También parece tener opciones el actor irlandés Michael Fassbender por Shame, papel por el que acaba de levantar la Copa Volpi en Venecia.
Entre las mujeres, suena fuerte el nombre de Glenn Close, quien coescribió y protagoniza Albert Nobbs, el más reciente trabajo del director Rodrigo García, estrenado en Toronto. Close podría entrar en carrera por Albert Nobbs, una mujer que se hace pasar por hombre en la Irlanda del siglo XIX.
Uno de los principales indicadores de los ganadores al Óscar se dará a conocer este domingo, cuando se anuncie en un brunch al ganador de los People’s Choice Awards. En ediciones pasadas lo obtuvieron El discurso del rey, Precious, Slumdog Millionaire y American Beauty.