Sábado 17 de septiembre de 2011, p. 3
La ceremonia del Grito de Independencia, que miles de personas aguardaron por horas bajo la lluvia, culminó en apenas tres minutos. En ese lapso, el presidente Felipe Calderón lanzó desde el balcón central de Palacio Nacional una arenga en la que mencionó a media docena de héroes patrios, sonó la campana de Dolores y dio paso a los juegos pirotécnicos.
Más que sobrio e institucional, el festejo fue breve. Cuatro segundos empleó para nombrar a media docena de personajes de la historia nacional. ¡Vivan los héroes que nos dieron patria! ¡Viva Hidalgo! ¡Viva Morelos! ¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez! ¡Viva Allende! ¡Vivan Aldama y Matamoros! ¡Viva la Independencia nacional! ¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
, gritó Calderón para luego ondear la Bandera Nacional.
Quizá por la lluvia o las medidas de seguridad que dispuso el Estado Mayor para acceder al Zócalo capitalino, éste mostraba grandes huecos y si bien fueron más nutridas las ¡vivas! que con las que los presentes respondieron a cada una de las que lanzó el Presidente, las pausas entre una y otra fueron llenadas con silbidos y ofensas a Calderón.
Acompañado por su esposa Margarita Zavala, los presidentes del Senado, el panista José González Morfín, y de la Cámara de Diputados, Emilio Chuayffet, y el presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Juan Silva Meza, observó por unos instantes el cielo cubierto por luces multicolores, para, posteriormente, recorrer las salas superiores de Palacio Nacional y saludar de mano a los presentes.
Como han hecho los gobiernos panistas, en esas salas se encontraban los funcionarios del gabinete legal y ampliado, amigos y familiares cercanos. En los patios interiores, subsecretarios y directores, además de la coordinadora de los diputados locales del PAN, Mariana Gómez el Campo.
Tras la ceremonia, en la que, como el año anterior en San Miguel Allende, se escucharon silbidos y claras imprecaciones a la figura presidencial, descendió por la escalinata principal hacia el Patio Mariano, donde lo aguardaban unas 4 mil personas, quienes previamente habían degustado pequeñas muestras de chiles en nogada, tortas de lomo y empanadas.
Cubierto con una lona blanca y adornado en el centro con luces de tonos verde, blanco y rojo, el patio fue el sitio en el que convivieron lo mismo Alex Sintek que Diego Fernández de Cevallos, los aspirantes a la candidatura presidencial del PAN Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero, que Manuel El Loco Valdés y el obispo de la Iglesia ortodoxa, Antonio Chedraoui. La ausencia más notable, aunque para muchos comprensible, fue la del también precandidato Santiago Creel. ¿Piso parejo?
, fue la pregunta que con ironía se hicieron algunos panistas cercanos al senador con licencia.
La respuesta fue siempre una sonrisa también irónica. No lo hubo hace seis años, tampoco esta vez habrá piso parejo
, asentían.
Cerca de la escalera principal, el líder de los ferrocarrileros, Víctor Flores, departía por momentos con el dirigente de la FSTSE, Joel Ayala, ambos priístas. En el extremo opuesto, la ex miss universo Lupita Jones y un grupo de jóvenes actrices y actores pasaban de las tostadas a los camarones, entre otros platillos preparados para la ocasión.
Aquí también Calderón y su esposa saludaron de mano a quienes encontraron lugar en la valla improvisada que sirvió para darles la bienvenida al Patio Mariano. La velada fue amenizada por el ballet de Amalia Hernández y el mariachi de la Armada de México y se prolongó hasta las primeras horas de la madrugada.