Roma, 16 de septiembre. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, enfrenta nuevos problemas políticos y legales con un apoyo público en declive y nuevas revelaciones de fiestas y jóvenes mujeres a las que le pagaba por sexo, mientras el gobernante anunció que no se presentará ante fiscales en Nápoles para interrogarlo sobre una presunta extorsión en su contra.

Las páginas políticas de los periódicos de este viernes estaban abarrotadas de fotografías de mujeres jóvenes asociadas con Berlusconi y el empresario Giampaolo Tarantini, a quien se acusa de ofrecer prostitutas para las fiestas privadas del primer ministro.

Niccolo Ghedini, abogado de Berlusconi, difundió un comunicado indicando que el gobernante no conocía vinculación alguna de Tarantini con la prostitución y repitió que no había nada de escandaloso durante las cordiales veladas en sus residencias.

El jefe de Estado no está implicado de forma directa en el caso, aunque los magistrados quieren entrevistarlo como testigo en una investigación relacionada por una supuesta extorsión.

Los diarios se volcaron en la cobertura de las docenas de chicas papi y ofrecieron nuevas revelaciones de una investigación sobre Tarantini, un empresario de la ciudad de Bari que, según los fiscales, proporcionaba las mujeres a cambio de favores empresariales.

Ya hay acusaciones contra Tarantini de actuar como proxeneta, y él ha confesado que invitaba a chicas a las fiestas a las que asistía Berlusconi y que algunas de ellas cobraban.

Gianpi, ¿a quién vas a traerme esta noche?, dijo Berlusconi, según las transcripciones de una conversación grabada con Tarantini, detenido este mes.

El primer ministro ha criticado a los jueces que siguen la investigación, a los que tacha de comunistas y que, según dice, han tramado los casos con el objetivo de sacarlo del cargo.