Reportan 50 casos en un mes; activista pide a dueños mayor vigilancia
Sábado 17 de septiembre de 2011, p. 29
Tepic, Nay., 16 de septiembre. Al menos medio centenar de perros, la mayoría de razas finas, fueron secuestrados en el último mes por personas que pidieron dinero a sus propietarios por su devolución, o vendieron los animales, aseguró la presidenta de la Asociación Protectora de Animales local, Diana Valdés Sojo.
La activista señaló que cuando se inició esta situación, dichos secuestros fueron denunciados ante las autoridades de justicia pero ante la nula importancia atribuida, los dueños de los perros desistieron de promover sus querellas y prefirieron pagar rescates, y si no los llamaron los ladrones, adquirieron nuevas mascotas.
Valdés Sojo indicó que en postes, camiones, combis y en periódicos aparecen diariamente anuncios con la fotografía de alguna mascota que fue robada o extraviada. La defensora de animales puso de ejemplo que el martes pasado un señor se sentó afuera de su casa en la zona centro de Tepic, como lo hace desde hace años, y a un lado se colocó su perro, un schnauzer miniatura que fue robado en menos de tres minutos, tras un breve descuido de este hombre, quien ahora ofrece recompensa de 5 mil pesos para que le regresen su mascota.
Diana Valdés invitó a quienes tienen mascotas en sus casas que se aseguren de no dejarlos salir solos, vigilarlos y no confiar en personas desconocidas que llegan a jugar con los canes. Asimismo, dijo esperar que las autoridades de justicia tomen más en cuenta esta situación, y apliquen una ley aprobada por el Congreso del estado en beneficio de los animales.
El 30 de mayo pasado, el Congreso de Nayarit aprobó proteger la fauna y los animales domésticos, e impuso sanciones que van de tres días a tres años de prisión, y multas de 60 a 360 días de salario mínimo, a quien siendo propietario o poseedor por cualquier título, o encargado de la guarda o custodia de un animal vertebrado, realice en perjuicio de éste cualquier medio que prolongue la agonía del animal, la mutilación orgánica grave, toda privación de aire, luz, alimento, bebida, espacio suficiente o de abrigo contra la intemperie, y toda privación médica o sanitaria que cause o pueda dañar al animal.