Incendios es una obra que cuenta una historia poderosa; le habla a la gente en dos niveles: social y personal. De hecho, todos tenemos un incendio (interno) del cual hablar, comenta a La Jornada la actriz Karina Gidi, protagonista del montaje que se ha presentado en varios escenarios desde hace dos años, cuando se estrenó.

Ahora, las tablas del Foro Shakespeare con sus 228 lugares son insuficientes, ya que para sus funciones del viernes, sábado y domingo en ocasiones los boletos se tienen que apartar con una semana de anticipación. Ello que ha originado que los productores agreguen dos semanas más a la temporada, que concluiría el próximo 2 de octubre.

Incendios, dirigida por Hugo Arrevillaga, es la segunda obra del dramaturgo francófono de origen libanés Wagdi Mouawad. La primera es Litoral (llevada al teatro también por Arrevillaga); además están Bosques y Cielo. En Incendios (que llegó al cine de manos de la canadiense Denis Villeneuve con el nombre La mujer que cantaba), el dramaturgo indaga aspectos de la guerra y la muerte en su tierra natal, detonante para su exilio, que vivió desde niño. Utiliza de pretexto el apego entre madre e hijo con características de la tragedia de Edipo.

Interés por los clásicos griegos

Se propuso recrear, publicó Olga Harmony en estas páginas el domingo 7 de agosto, de otra manera, la tragedia de Edipo, dado el interés que tiene por los clásicos griegos, aunque en ésta el giro final casi linda con el melodrama al no haber un inflexible destino que justifique la coincidencia, pero posiblemente la intención sea mostrar cómo las terribles circunstancias de luchas entre connacionales convierten a las víctimas en victimarios. La historia de Nawal (la protagonista) y su familia se inserta en la violencia que ha sufrido Líbano en sus guerras fratricidas y qué bueno que éste sea el marco, porque la masacre de Sabra y Chatila en 1982, calificada de genocidio posteriormente, tiende a ser olvidada en el mundo actual, y revivirla, así sea narrada y sin decir los nombres, en los escenarios, ayuda a perpetuar su memoria.

Traducida por Humberto Pérez Mortera, la puesta narra la historia de los gemelos Julia y Simón, jóvenes que acaban de perder a su madre, Nawal (representada por Gidi), cuya última voluntad fue que buscaran a su padre a quien creían muerto, y a su hermano primogénito, de quien no sabían su existencia.

Karina Gidi, postulada al premio Ariel por su participación en la cinta Abel (de Diego Luna, productor del montaje), y quien ha participado en obras como Instrucciones para volar (que coescribió), Dolores o la felicidad, Mi joven corazón idiota, Usted no está aquí, Fresas en invierno y Neurastenia, comenta la razón del éxito de Incendios: Es una historia poderosa, porque habla a la gente con cierta poesía. Creo que ha tenido éxito y ha sido entendida porque hay una necesidad en las personas de encontrarse con algo así. El auditorio encuentra una respuesta, un alivio o un apapacho. Todos tenemos un incendio del que hablar. En este caso, lo que me ofreció el personaje de Nawal fue abrir esos puentes para decir las cosas con la mayor verdad y entrega. No me parece una casualidad que un poeta sea quien encabece en nuestro país un movimiento social contra la violencia; es simbólico, porque hoy día la política está muy devaluada.

Este tipo de obras, ¿pueden contribuir a cambiar la mentalidad de la gente?, se le preguntó.

Respondió: Pese a que veo al país muy negro, hay esperanza. Con estas obras quisiera decir que sí la hay. Al final de cada función, creo que los griegos se regocijan en sus tumbas, porque el teatro de eso se trataba. Aunque me pase de romántica o jipi, si hubiera muchos teatros, todo cambiaría; cada minuto que no se dedica a la violencia pensando en el arte, por ejemplo, es un minuto robado al odio.

En Incendios hay una interpretación de la realidad en el escenario; la rescata de la nota roja hacia el arte, y el auditorio distingue entre leer el periódico y ver la obra, aunque se trate de lo mismo. Creo que ahí nos hermanamos porque todos padecemos de lo mismo. Ciudad Juárez ya no queda tan lejos porque ahora es hasta a nuestra vecina a quien le ha pasado algo doloroso, afirma Gidi.

Abunda: En el montaje se habla del dolor y el odio, de una desolación social, y ésa es parte de la explicación de cómo la gente se entrega. No quiero decir que esto demerite al valor de la puesta, pero sí creo que el público (que se ubica en ambos lados del escenario, colocado en medio del foro) hace su parte. Esta ubicación del escenario enfrenta al público. Las mesas del proscenio en el centro y las gradas de un lado y el otro cierran el círculo, lo que genera comunión, sin ponernos esotérico, porque al mirarnos y enfrentarnos se genera cierta complejidad humana.

Compromiso con el trabajo de buena factura

Karina Gidi agradece que el personaje de Nawal haya llegado a sus manos: Me siento privilegiada de hacerlo, que me lo hayan entregado, lo que me compromete con el trabajo de buena factura. Lo tomo como lo que es: oro molido, porque me sigue dejando y yo le sigo dejando. Hay un diálogo entre Nawal y yo. Desde 2009, que la he representado, ha habido cambios en mi vida, lo que ha afectado cómo la he ido abordando. Soy madre de dos hijos; vivo en este país y vengo de una familia que tiene cola que le pisen, por lo que me hermano con Nawal. Ahora, en el restreno, me dio miedo, porque en esos meses han pasado cosas horribles en el país (las imágenes que vemos todos los días), por lo que me sentí aterrada de interpretarla. Miré al personaje de forma distinta por todo lo que ha ocurrido en México.

Junto con Karina Gidi, integran el reparto Pedro Mira, Rebeca Trejo, Jorge León, Alejandra Chacón, Javier Oliván, Concepción Márquez y Guillermo Villegas.

El montaje se completa con la música de Ariel Cavalieri y el vestuario de Mario Marín del Río.

Incendios se escenifica en el Foro Shakespeare (Zamora 7, entre Veracruz y Agustín Melgar, colonia Condesa). Funciones: viernes 20:30; sábado 19, y domingo 18 horas. Localidad 300 pesos. Teléfonos: 5553-4642 y 5256-0014. Correo: [email protected]