Madrid, 4 de septiembre.El ex jefe del gobierno español Felipe González (1982-1996) cree que la alianza de la petrolera mexicana Pemex y la constructora española Sacyr en el seno de Repsol YPF no supone una garantía de españolidad de la primera petrolera ibérica. “La tesis que he oído decir que ‘a mí si me garantizan la españolidad de Repsol...’, no la comparto”, declaró González este domingo en una entrevista en la radio privada Cadena Ser, disintiendo de esta manera del gobierno español sobre la alianza Pemex-Sacyr.

En tanto, el presidente de Repsol, Antonio Brufau, tiene el apoyo incondicional de La Caixa, árbitro del pacto entre Sacyr y Pemex, cuyo fin es hacerse con la gestión de la petrolera, destacó el diario El País. La víspera afirmó que con la globalización el nacionalismo ha perdido fuerza como argumento financiero, pero aún despierta inquietudes y el interés popular. Esto queda de manifiesto en este caso, cuando Repsol puede cambiar de manos, subrayó.

Felipe González disintió de la opinión del gobierno español, que considera la alianza como una operación meramente empresarial, mientras el ministro de Industria, Miguel Sebastián, indicó que para nosotros (Repsol) es una empresa muy importante y tiene que ser española.

El argumento que se ha dado no me gusta porque no me lo creo, añadió González, quien explicó que lo que tendrá (Pemex) es la obligación de defender los intereses mexicanos como empresa pública.

González se mostró también sorprendido de que la Comisión Nacional de la Energía (CNE) crea que no hay nada que revisar en la operación, porque no afecta la seguridad de suministro en España, cuando Repsol tiene influencia en el desarrollo de la electricidad y el gas español.

Repsol tiene participación en el desarrollo nuclear de España y en el desarrollo gasístico y, por tanto, en un mercado regulado. Que después de hacer el análisis la CNE dictamina a, b, o c, perfecto, pero si lo hace previamente no lo entiendo muy bien o sí, lo entiendo muy bien, y no me gusta, concluyó.

El presidente de Repsol refirió que el gobierno se apresuró a exigir que se preserve la españolidad de la petrolera y obtuvo garantías verbales de los firmantes. Sin embargo, la difícil situación financiera de Sacyr, tras la deuda de 5 mil millones de euros (7 mil 100 millones de dólares) que contrajo cuando adquirió 20 por ciento de Repsol, y la especial condición de la paraestatal Pemex, no son los mejores avales.

El País puntualizó que como en todas las grandes operaciones, juegan varios actores y en varios escenarios.

Sacyr repite su intento de tomar el control de la petrolera, como hizo en el pasado buscando aliados extranjeros, algunos bastante exóticos como la india Essar, la china Sinopec e incluso la rusa Lukoil, salpicada por escándalos de corrupción y mafia rusa”, recordó la publicación.