El filósofo alemán Markus Raab cerró en CaSa el simposio Mundo, arte y muerte
no echa raíces en lo subjetivo, sino en la percepción
El artista oxaqueño es un ejemplo de que el arte puede hacer posible otra comprensión del mundo y de la acción
, concluyó
En 2013 se tiene proyectado otro encuentro sobre Nietzsche
Lunes 5 de septiembre de 2011, p. 8
San Agustín Etla, 3 de septiembre. Más allá del espíritu de lo contemporáneo, la utilización técnico-funcional, la masificación, la planeación, del completo control orientado a la aceleración de cada cosa, debería ser posible, con la ayuda del arte, reflexionar sobre si es posible que el mundo sea recobrado para el hombre
, expresó el filósofo alemán Markus Raab, organizador, junto con Armando Colina y Dietmar Koch, del simposio internacional Mundo, arte y muerte: sobre la determinación de Martin Heidegger del lugar del arte moderno en el pensamiento del Ereignis, que concluyó hoy.
Por esa razón, continuó Raab a modo de resumen, el presente simposio, efectuado bajo el auspicio de Francisco Toledo en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), en Etla, Oaxaca, ha sido “una actividad política lamentablemente de gran actualidad.
Se ha tematizado en él, al menos indirectamente, en qué forma nuestro comportamiento y acción, nuestro trato con el mundo, ha dado pie continua y crecientemente en las dos décadas recientes a preguntas existenciales ahora imposibles de ignorar.
Hablar al principio del simposio de la afinidad electiva de Klee y Heidegger ha dado la palabra al artista en modo prolífico
. Para el también alcalde en el área de cultura de la ciudad de Esslingen, Toledo podría ser considerado heurísticamente como artista en el sentido heideggeriano en vista de su desarrollo artístico-artesanal, su capacidad técnica suprema, su maestría en el uso de los variados materiales y no menos su poco común capacidad experimental de crear siempre lo nuevo
.
En su ponencia, Heidegger, Klee, Toledo: intento de un diálogo político, Raab acotó que “Toledo, a diferencia de Klee, se mantiene en silencio cuando se le interroga acerca del surgimiento de sus obras. Un gesto de levantar los hombros, un ‘no lo sé’, un ‘yo pinto sin pensar’ y cosas similares son las respuestas. Aquí no hay mucho que encontrar, al menos así parece.
“Pero, si uno oye con más precisión, preguntamos: ¿no es justamente la caracterización del proceso creativo artístico como independiente del sujeto propio una prueba particular para un artista que pone en obra el ‘percibir’ de lo presente como tal’, que abre mundo, en cuanto representa un objeto no útil para él?”
Agregó que la obra de Toledo puede ser comprendida sin problemas como un contraproyecto respecto de una visión del mundo técnico-funcional. Se trata ciertamente de un proyecto que naturalmente no echa raíces en lo subjetivo, sino en la percepción
.
En el simposio se discutió “a partir del trasfondo de que el mundo no es sólo para nosotros, sino se abren de repente nuevos modos de ver y actuar. El arte podría ayudar a ello, pues sus proyectos abren una mirada que hace posible otra comprensión del mundo y de la acción.
Toledo, como vínculo personificado entre arte y acción filantrópica y respetuosa por el mundo, es un ejemplo evidente, y muestra que esto es posible.
Francisco Toledo encabezó por la noche una cena de despedida para los participantes de siete países: Alemania, Austria, Chile, Colombia, Croacia, Italia y México, en el encuentro de seis días de duración. Fue una reunión informal, incluso íntima. Para 2013 se proyecta realizar un segundo simposio, ahora sobre Federico Nietzsche.