Fin de la sociedad centrada en el trabajo pagado y visiones de futuro/ VII
La automatización de los servicios: ¿el fin del trabajo ya llegó?
n un libro publicado un año antes que el de Jeremy Rifkin (JR) que he venido reseñando en esta serie, Stanley Aronowitz y William DiFazio1 señalan que.
Hasta hace poco la mayor parte de los economistas, analistas de negocios y sociólogos suponían que la baja a largo plazo del empleo manufacturero no era un serio problema social porque la expansión de ramas, como los servicios financieros, los seguros y el comercio absorberían a quienes perdieran sus empleos en la producción. Durante 40 años después de la Segunda Guerra Mundial este supuesto probó ser más o menos válido. Ahora, sin embargo, las tendencias en las grandes corporaciones financieras apuntan hacia los despidos masivos... Estos despidos son resultado de tres factores: a) fusiones corporativas; b) rápida generalización de innovaciones tecnológicas como los sistemas de telecomunicación; y c) redes de cómputo más avanzadas
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En el capítulo 10 de su libro JR comienza con el mismo argumento: la esperanza generalizada de que el sector servicios absorba el desempleo generado en las manufacturas y la desilusión a medida que las nuevas tecnologías de la información también están desplazando trabajadores. Siguiendo su práctica de dar ejemplos, JR da el de operadoras de larga distancia, que están siendo remplazadas por tecnología computarizada de reconocimiento de voz. Hoy esto es aplicable sólo a llamadas por cobrar, ya que el marcado directo mundial es ahora la regla. Otro ejemplo que da JR es el de correos, donde se han introducido máquinas que pueden leer las direcciones en las cartas y clasificarlas automáticamente, remplazando así a trabajadores postales. De manera más general, afirma que las computadoras que pueden entender el habla, leer textos y desempeñar tareas previamente llevadas a cabo por seres humanos permiten pronosticar una nueva era en la cual los servicios estén dominados crecientemente por la automatización. Aunque ésta apenas ha comenzado, añade, ya está teniendo un profundo efecto en el estado de la economía, impactando tanto la productividad como el empleo. No sólo los servicios personales rutinarios, sino también servicios más complejos están siendo tomados por máquinas inteligentes. En cuanto a la banca y los seguros, da los ejemplos del correo de voz y los cajeros electrónicos. Entre 1983 y 1993 los bancos en Estados Unidos eliminaron 179 mil cajeros humanos sustituidos por los electrónicos. El uso de las tarjetas de débito en los lugares de compra elimina muchos pasos que se requerían con los cheques escritos y que generaban empleos. Los seguros también están haciendo rápidamente la transición hacia la era de la alta tecnología, dice JR, quien da ejemplos de reingeniería que han elevado enormemente la productividad en esta rama. En esta reingeniería son herramientas claves las tecnologías de manejo de imágenes (digitalización de documentos que quedan disponibles para todos los empleados a través de sus computadoras), sistemas expertos (que acumulan el conocimiento de los expertos en seguros) y computación móvil. Con ellos el procesamiento de una solicitud para un seguro que antes tomaba dos meses se hace ahora en cuatro horas.
La oficina sin papeles se ha convertido en la meta de los negocios modernos, punto final de la transición de manejo de papel a manejo electrónico. JR hace un rápido recuento de la evolución de la tecnología de la oficina: el papel secante, los lápices con goma y las plumas de acero fueron introducidas hacia 1840, mientras el papel carbón y la máquina de escribir fueron introducidas en 1870 y la calculadora en 1880. Estos cambios y el teléfono aumentaron la productividad de las empresas durante la etapa de crecimiento del capitalismo industrial. Hoy todavía 90 por ciento de la información, señala, está almacenada en papel. Esto está cambiando. Una de las primeras bajas de la revolución electrónica de la oficina son las secretarias y las recepcionistas, dice Rifkin. Como un ejemplo de que no sólo se están remplazando tareas de rutina, sino también tareas administrativas más complejas, señala el uso de sistemas computarizados para el reclutamiento de personal. Pruebas de campo muestran que un software que clasifica a los aspirantes por categoría del puesto para el cual resultan adecuados funciona al menos igual de bien (y mucho más rápido) que la clasificación hecha por personas. Otra tendencia es hacia la oficina virtual. Dadas las tecnologías de telecomunicación, la oficina deja de ser un concepto espacial y se convierte en temporal. En vez de trasladarse a la oficina, los empleados se comunican entre sí: tele-conmutan. Aparecen los empleados de oficina sin escritorio. Muchas juntas de trabajo son a través de Internet: juntas virtuales.
Otro cambio central es el papel cada vez menor del comercio al mayoreo, que se vuelve innecesario dada la comunicación electrónica instantánea y permanente entre los comerciantes al menudeo y los fabricantes. Mediante el sistema de intercambio de datos electrónicos envían directamente los pedidos, mismos que son atendidos en minutos en almacenes robotizados con vehículos operados a control remoto sin intervención de trabajo humano directo. En consecuencia, el comercio al mayoreo está reduciendo sus empleos.
El comercio al menudeo (que ocupaba casi 20 millones de personas a mediados de los noventas) también se está automatizando (véase gráfica en la cual el comercio incluye transportes). El uso de códigos de barra y escáneres en los puntos de venta han aumentado la eficiencia de cajera(o)s, que son el tercer puesto más numeroso después de secretarias y contadores en los servicios en EU (con 1.5 millones en EU), y reducido el requerimiento de personal. Da un ejemplo de una tienda de música (The Robot Music Store) en EU, que eliminó totalmente los cajeros. Usted selecciona su CD en un teclado, el robot procesa su pago y toma de los anaqueles el CD, mismo que le entrega junto con su recibo. En una cadena comercial muy conocida de Gran Bretaña, me tocó ver (con azoro) en 2010 que al lado de las cajas convencionales hay unas de autoservicio. Usted toma los productos que quiere adquirir y hace que el escáner lea los códigos de barras; al notificarle la máquina su total, usted paga con su tarjeta de crédito o débito, empaca y se va. Esta práctica haría desaparecer los cajeros humanos, como ha ocurrido en muchos estacionamientos en México. Dice Rifkin (p.154):
El comercio al menudeo era la esponja que absorbía el desempleo, pero ahora que vive su propia revolución tecnológica surge la pregunta: ¿adónde irán los trabajadores?
La gráfica muestra el porcentaje que representan los empleos de cuatro ramas de servicios en Estados Unidos. Confirma lo dicho sobre el comercio y deja ver que educación y salud, y servicios profesionales y a negocios, son todavía ramas altamente generadoras de empleo. Faltaría ver su calidad y si son de tiempo completo
1 The Jobless Future. Sci-tech and the Dogma of Work (El futuro sin empleos. Tecno-ciencia y el dogma del trabajo), University of Minnesota Press, Minneápolis, 1994. El libro de Rifkn es: The End of Work. The Decline of the Global Labor Force and the Dawn of the Post-Market Era (El fin del trabajo. El declive de la fuerza de trabajo global y el amanecer de la era pos-mercado), G. P. Putnam’s Books, Nueva York, 1996. En español fue publicado por Paidós en 1996 con un subtítulo diferente.
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