Arrestan a empresario y su esposa por extorsión al primer ministro
país de mierdaen conversación con editor del diario Avanti
Viernes 2 de septiembre de 2011, p. 24
Roma, 1° de septiembre. El jefe de gobierno italiano, Silvio Berlusconi, calificó en julio pasado a Italia de país de mierda
, según escuchas realizadas en el número telefónico de un hombre cercano al gobernante y difundidas este jueves por la prensa italiana.
Soy transparente, tan limpio en mis asuntos que nadie me puede molestar. No hago nada que pueda ser considerado como un delito. Todo lo que se puede decir es que cojo, es la única cosa que se puede decir. En unos meses me iré para ocuparme de mis cosas, a otro lado, me voy de este país de mierda que me da ganas de vomitar
, dijo Silvio Berlusconi durante la conversación, el 13 de julio pasado, con Valter Lavitola.
Lavitola, editor del periódico Avanti y quien se encuentra en el extranjero, está acusado judicialmente y es objeto de una orden de captura por un asunto de extorsión contra Berlusconi y en el que se le considera sospechoso junto con el empresario italiano Giampaolo Tarantini.
Por este caso fue arrestado hoy el empresario Tarantini y su esposa Angela Vevenuto, acusados de extorsionar al primer ministro.
Tarantini, implicado en 2009 en el escándalo de la prostituta Patrizia D’Addario, quien relató haber pasado una noche con el primer ministro, afirmó en su momento que llevó unas 30 mujeres dispuestas a brindar favores sexuales en fiestas dadas por Berlusconi en sus lujosas residencias en Roma y Cerdeña entre septiembre de 2008 y enero de 2009.
Yo las presentaba como amigas y no mencionaba que a veces les pagaba
, precisó Tarantini.
Según la fiscalía de Nápoles, citada por el semanario Panorama, propiedad de la familia Berlusconi, el jefe de gobierno italiano pagó 500 mil euros y después sumas menores a Tarantini, a cambio de que éste siguiera diciendo en su proceso que l gobernante no estaba enterado de que las jóvenes eran prostitutas.
Se sospecha que Lavitola fue el intermediario de esos sobornos que Berlusconi daba a Tarantini para que repitiera ante la justicia la versión de que el jefe de Estado ignoraba la condición de prostitutas de las muchachas que eran llevadas a sus fiestas.