La entrega de las becas Bicentenario sirvió al presidente Felipe Calderón para retomar el tema del ataque al casino Royale y su condena al atentado en Monterrey, con el argumento de explicar a los niños y adolescentes becarios lo que sucede en el país: Sé que están tristes, preocupados, molestos por la violencia que algunos criminales han desatado en contra de los mexicanos. Les dijo que merecían una explicación y les ofreció que el gobierno seguirá su lucha contra los delincuentes y auguró que vendrá un México más seguro.

Ténganlo por seguro: tomará su tiempo, está difícil, desde luego; los vamos a derrotar, porque somos mucho más fuertes los mexicanos, expresó el Presidente. Momentos antes, en un tono más didáctico, dijo:

Les ha tocado a ustedes, niños y niñas, enfrentar un momento muy duro; no merecen haber vivido ese momento. Yo como papá a veces quisiera que mis hijos ni vieran algunas noticias, algunas escenas, los periódicos. Sin embargo, sé también que de repente ya están programándose si no ven el noticiero; de repente lo programan para verlo por su cuenta y van o revisan los periódicos que hay en mi casa.

Describió al país, que tiene una inmensa mayoría de buenos mexicanos y, por desgracia, hay gente mala, muy mala, ambiciosa, perversa, cruel, les dijo. Calderón expuso que la tarea de su gobierno es combatir a los criminales y no, como se hizo antes, pensar que si no se hacía nada con ellos, no iba a pasar nada. Sin embargo, al no enfrentarlos ni detenerlos, fueron creciendo y expandiéndose como una mala yerba, como una plaga, como un cáncer en distintas partes del país.

Bajo la misma lógica didáctica, dijo que los niños y los jóvenes no debieran preocuparse porque los criminales están siendo combatidos: Esa es nuestra obligación.

El Presidente aludió a la colusión policiaca con los criminales, y dijo: Quiero que sepan también que sí había policías o autoridades que no sólo no enfrentaban a los criminales, a los malos, sino que hasta los protegían y se corrompían con ellos.

Todo ello para concluir que deberían pensar en el futuro de México. Dijo que él quería ver un país más seguro, más justo y sin la miseria, sin la ignorancia que nosotros heredamos de otras generaciones; estamos avanzado para derrotar miseria e ignorancia; auguró un México más limpio, más armónico con la naturaleza y que los ríos que otros han convertido en verdaderas cañerías, volverán a ser ríos, porque limpiaremos el agua; y que los campos que han convertido en basureros, volverán a ser campos y bosques.

Expresó que otro de los ejes de su política de seguridad es la reconstrucción del tejido social y pidió a los becarios no caer en las garras de los criminales, para que no se enganchen precisamente con los delincuentes, para que no caigan en la ambición de ellos que es hacerlos caer en las garras de las drogas, de las adicciones, de la criminalidad.

Por su parte, el secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio, destacó la importancia del proyecto que representan las becas Bicentenario. Sostuvo que muchas voces consideran que las democracias son ciegas porque no resuelven los problemas que requieren periodos largos para su consolidación y se abocan a problemas de corto plazo, pensando en las próximas elecciones y, según dijo, este proyecto de becas no actúa bajo esa lógica.