ASA cuenta con apenas 1% para cubrir la demanda nacional en 2015, según sus previsiones
Lunes 29 de agosto de 2011, p. 45
Aun cuando Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) aprobó en su reciente Consejo de Administración la venta y suministro de biocombustibles, se tiene un inventario total de 103 mil litros, que representa apenas uno por ciento de venta diaria de combustible fósil reportada en este año por el organismo, estimada en 9.5 millones litros.
Según la resolución, ASA reconoce que la comercialización del biocombustible será muy lenta en los primeros años, pero que es previsible que la demanda aumente en los siguientes, hasta llegar a uno por ciento anual de la demanda nacional en 2015. Sin embargo, hasta la fecha, existe un solo vuelo comercial a la semana, de Aeroméxico, que cubre la ruta Ciudad de México-San José de Costa Rica, con una mezcla 70-30, en la que predomina el combustible tradicional.
Incluso, algunos expertos han señalado que a corto plazo no se ve sencillo que la industria de la aviación deje de usar el combustible tradicional, debido a que el precio del biocombustible es 10 veces más caro que el fósil, cuyo precio es de 9.70 pesos por litro.
De los cien mil litros de biocombustibles en los tanques de ASA, a principios de este mes de agosto, se dispuso el uso de 26 mil, para el viaje de Aeroméxico en el vuelo ciudad de México-Madrid, el primero en ruta transcontinental, que también utilizó una mezcla 70-30 para realizar el vuelo.
Según estimaciones de ASA, en 2015 México deberá producir al año cuando menos unos 40 millones de litros de combustibles limpios
, para cumplir la meta de uno por ciento de la demanda de la aviación en el país.
Para 2020, la meta es que el consumo de ese combustible sea de 15 por ciento; es decir, más de 700 millones de litros de biocombustibles de aviación, y en 2040 el reto es satisfacer 50 por ciento de la demanda.
Según la sesión ordinaria del Consejo de Administración, en marzo pasado, la venta de biocombustibles para vuelos comerciales iniciaría en el segundo semestre de este año, lo que se concretó con el vuelo semanal de Aeroméxico a San José, que se comprometió a realizarlo durante un año con una mezcla con combustible tradicional y alternativo, éste último elaborado en México con aceite de jatropha, planta que se produce en Chiapas, principalmente, pero también en Puebla, Veracruz, Yucatán y Michoacán, entre otros.
Aunque se advierte que el inventario total de biocombustibles sería insuficiente para atender la demanda total en el país, se cuenta para satisfacer las necesidades contratadas con Aeroméxico, incluso se tiene una reserva para otras aerolíneas interesadas.
Además, el proceso de refinación del biocombustible es sumamente complejo, pues la producción del aceite de jatropha es llevada a refinerías de Estados Unidos, en Houston principalmente. Lo ideal es que el biocombustible se produzca y sea procesado en México, pero actualmente no hay una sola refinería para hacer eso en el país, por lo que es llevado al extranjero.
De esta forma, la todavía escasa producción de la materia prima y lo complejo del proceso de elaboración hace extraordinariamente caro e incosteable por el momento el uso generalizado de este tipo de energéticos.
Sobre las especificaciones técnicas, en un vuelo regular la aeronave quema la misma cantidad de carbono que el combustible fósil; la diferencia es que el biocombustible no tiene contaminantes como azufre y óxido de nitrógeno.